No solo es un símbolo del fútbol, que vaya que lo es. Hernán Barcos es también un ejemplo de distinción, de discreción, de una vida familiar ideal. Todo esto se combinó para que, en el intento de verlo, cientos de personas llegasen a diario a su recién abierta cafetería en Miraflores. Tuvo que cerrar para ampliar la capacidad y en redes le sugieren qué hacer.
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El post con el anuncio de La Porteña de cerrar temporalmente se volvió un “Buzón de sugerencias”. “Gracias por visitarnos y por exceder todas nuestras expectativas”, escribieron en el comunicado del cierre. El ver a Barcos sirviendo cafés y medias lunas fue el gancho de la explosión de las visitas.
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Los precios son accesibles, lo que se come es rico, pero en la experiencia es donde jalaron a Barcos y a su esposa, Giuli Cunha. La “Primera Dama de Alianza Lima”, compartió en su Instagram la sorpresa de un seguidor por los “precios bajos” en la cafetería que acaba de cerrar, solo temporalmente.
¿Qué le piden mejorar a Barcos?
Según quienes fueron a La Porteña, pasaba que había muy poca cantidad de productos a ofrecer para la gran demanda. Esto generaba que si alguien hacía un pedido, no había como conocer de inmediato si lo iban a tener disponible. También se dio el caso de mozos ofreciendo varias alternativas: todo se acababa recién salido del horno.
Chana Vásquez lo contó en Instagram. “Está bien aprender de los errores, yo los visite la semana pasada y me fui decepcionada, pues lo que ordenaba no lo tenían, de igual forma les deseo muchos éxitos”. Carlos Borouncle comentó también: “Ojalá mejoren, porque la verdad que la experiencia dejó mucho que desear”.
La Porteña no indicó cuándo regresará a la atención, pero aseguraron que será pronto. Muchos esperan ese momento en el que puedan llegar y que el propio Hernán Barcos les tome la orden.