Acusan a mujer por muerte de la doble de Kim Kardashian

Las autoridades acusaron a una mujer por muerte de Christina Ashten Gourkani, conocida como la doble de Kim Kardashian.

Por homicidio involuntario y ejercicio de la medicina sin licencia. Estos son los delitos que le increpan a Alexandra Gómez, de 50 años, a quien responsabilizan por la muerte de Christina Ashten Gourkani, conocida como Ashten G, y famosa por ser la doble de Kim Kardashian.

Gómez es de Florida y presuntamente es la responsable del proceso ilícito de levantamiento de glúteos de la modelo, reseñó New York Post.

Ashten G murió a finales de abril pasado por un paro cardiaco, luego de que todo fuera en decadencia, tras una fallida cirugía estética.

El referido medio indicó que a Gómez la detuvieron en Florida sin derecho a fianza y que esperan trasladarla a Burlingame, California, donde operó a la modelo, reconocida por su increíble parecido a Kardashian.

“Ashten G recibió el trato fatal en una habitación de hotel”, expuso The Post.

A pesar de que la ya fallecida, tenía curvas bastante pronunciadas, supuestamente, ella quería agrandar sus glúteos aún más, y por eso recurrió a Gómez, quien presuntamente, le dio “varias inyecciones” de silicona para lograrlo, expresó a Daily Post el fiscal de distrito del condado de San Mateo, Steve Wagstaffe.

Las autoridades esperan los resultados forenses, para confirmar que realmente era silicona, lo que le inyectaron a Christina Ashten Gourkani.

Efectos dañinos de la silicona

Durante los últimos años, muchos han recurrido a la silicona para agrandar sus glúteos y otras partes del cuerpo. Sin embargo, quien lo hace pone en riesgo su vida, ya que es una sustancia extraña que puede regarse por todo el organismo y causar la muerte.

La FDA le advierte que nunca use silicona inyectable o un relleno inyectable como relleno de senos, de glúteos (nalgas) o de espacios entre los músculos”, dice el ente.

La silicona es permanente en el cuerpo. Según la FDA, puede viajar por los vasos sanguíneos a los pulmones, corazón y cerebro, bloqueándolos. Puede dar infecciones y causar dolor, aún años después de habérsela inyectado. Es muy difícil retirarla del cuerpo, y para intentar lograrlo, se requieren de costosas operaciones, que no siempre pueden quitarlas por completo.

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