Danza de las Tijeras: 3 curiosidades de la expresión nacida en los Andes peruanos

El baile ancestral fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2010

La Danza de las Tijeras es tan solo una de las manifestaciones culturales del Perú que enamoran tanto los locales como a los turistas. Su llamativa coreografía no solo es digna de casi atletas o personas dotes sobrenaturales, también está llena de historia y misticismo.

Sus orígenes están vinculados con los pobladores chancos en la época preincaica, quienes le rendían culto al Apu (Señor), a la Quilla (Luna), al Inti (Sol), entre otras figuras divinas representativas de sus creencias.

A través de sus ceremonias rogaban por la abundancia de sus siembras, el bienestar de sus pueblos y por la protección de su ejército.

La Danza de las Tijeras se baila durante la época de sequía y tiene vínculo con el calendario agrícola. Al ritmo de la melodía del violín y el arpa los duelistas pueden durar más de 10 horas hasta determinar quién es el vencedor.

El baile era relacionado con el diablo

Debido al gran esfuerzo que hacen los danzantes, en el siglo XV se creía que su gran desempeño tenía que ver con el diablo, es por eso que también eran conocidos como ‘hijos del diablo’ o ‘danzante de la casa del diablo’.

La popularidad de la creencia propició que con la llegada del catolicismo empezaran persecuciones en contra de los bailarines al ser señalados de hechiceros o portavoces de la magia negra.

No utilizan tijeras

La Danza de las Tijeras no le hace tributo a su nombre literalmente, pues lo que usan al practicarla son varillas de hierro de 25 centímetros aproximadamente para emitir el sonido característico del baile ancestral.

Baile de alta exigencia

Los bailarines de la Danza de las Tijeras son considerados atletas de alto rendimiento. No solo emulan durante horas más de 36 pasos de gran dificultad, también hacen uso de una indumentaria compuesta por 17 piezas que ronda los 12 kilos.

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