Melissa Paredes no puede acercarse a su hija por orden judicial, al igual que el “Gato” Cuba

La custodia de la hija de Melissa Paredes permanecerá fuera de las manos de ella y del "Gato" Cuba. Las investigaciones continúan en el caso.

Como los expertos y abogados pronosticaban, la hija de Melissa Paredes y Rodrigo “Gato” Cuba permanecerá lejos de ambos. A la exigencia de que el padre tiene que mantenerse a 100 metros de la niña se suma la nueva que le hizo el Poder Judicial a la madre. Melissa no puede acercarse a menos de 100 metros donde se encuentre su hija.

Una medida suspensiva, porque los documentos que presentó Magaly Medina en su programa no definen un plazo. Mientras, la hija de Melissa Paredes y el “Gato” Cuba permanecerá con la mamá del futbolista, en una casa donde la actriz estuvo pernoctando para que la niña se acostumbrara al nuevo espacio.

Las idas y venidas de las demandas entre ambos fueron la causa de esta decisión del Poder Judicial. El Octavo Juzgado de Familia, tal como lo ordenó con el “Gato” Cuba, envío a Melissa a terapia psicológica. Adicionalmente, le exigen “no exponer innecesariamente a la niña en redes sociales ni medios de comunicación”. De hacerlo, puede ser demandada penalmente.

Medidas iguales de ambos lados

El Poder Judicial tomó en cuenta tanto la denuncia de Paredes contra “Gato” Cuba por presuntos actos contra la “indemnidad sexual” de la menor. Sin embargo, también la que a contravía introdujo el futbolista contra la actriz por difamación y en la que exige, además, 200 mil soles de reparación. En medio del escándalo público estaba la niña.

Todavía no hay desenlace definitivo, porque las investigaciones continúan en ambas direcciones. Melissa ha optado por un inteligente silencio hace casi un mes, alejada de las redes sociales donde solía colgar comentarios y videos en vivo relacionados con el caso. La difusión de un audio de una conversación telefónica de Melissa con Cuba fue el candado de su aparición pública.

La niña continuará en la casa de la abuela paterna mientras, con las aguas ya calmadas, los tribunales hacen su trabajo y deciden su mejor interés. ¿Cómo terminará todo?

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