Stephen King, el llamado Maestro del Terror, inspiró el payaso de la película “It” de una monstruosa historia de la vida real.
King creó a su personaje de un hecho que sorprendió a los Estados Unidos y que este mes llegó a Netflix a través de una miniserie llamada “Conversaciones con asesinos: las cintas de John Wayne Gacy”.
En esa serie documental se cuenta la historia de un hombre víctima de abusos de infancia y perturbado que asesinó a 33 niños vestido como un payaso llamado Pogo.
Historia llena de abusos de infancia
John Wayne Gacy Jr. nació el 17 de marzo de 1942 y desde temprana edad sufrió el abuso físico de su padre, John Wayne Gacy Sr., quien lo golpeaba con un cinturón de cuero y también agredía a su madre, Marion Elaine, debido a sus problemas con el alcohol. Su padre también lo humillaba verbalmente, lo que le creó un trauma.
A los 9 años fue víctima de abuso sexual por parte de un amigo de la familia y a los 11 sufrió un golpe en la cabeza en un accidente en un columpio que le formó un coágulo de sangre en el cerebro que no se descubrió hasta los 16 años, cuando comenzó a sufrir desmayos.
A los 20 años se fue de casa de sus padres para trabajar en una funeraria en Las Vegas, donde en una oportunidad sintió la necesidad de compartir el lecho con un cadaver. En 1964 se fue a Springfield, donde conoció a Marlynn Myers, con quien se casó y tuvo una hija, pese a los traumas de su infancia que le causaron problemas sexuales. Además, pese a estar casado, tuvo su primera experiencia homosexual y en 1968 su matrimonio terminó al ser detenido por abuso sexual de un menor y ser sentenciado a 10 años de cárcel, cumpliendo apenas 18 meses por buen comportamiento.
De mal en peor
En 1971 estableció su propio negocio de construcción, que aprovechó para ofrecer trabajo a jóvenes a cambio de alojamiento y favores sexuales. En 1972 mató a puñaladas a un chico de 15 años, a quien enterró en su casa.
Se volvió a casar, pero en 1976 se divorció de Carole Hoff, quien tenía sospechas sobre su marido y cuya separación le permitió seguir cometiendo crímenes de manera constante, aunque pasaba desapercibido entre sus vecinos, a quienes les ofrecía sus servicios voluntarios como payaso para sus fiestas.
En diciembre de 1978, se reportó la desaparición de Robert Piest, a quién su madre vio por última vez de camino a una entrevista de trabajo con Wayne, lo que inició las investigaciones en su contra, siendo encontradas en su casa una serie de artículos que se relacionaban con las desapariciones. Fue detenido por tráfico de drogas y el 22 de diciembre de 1978 confesó a sus abogados los crímenes realizados, admitiendo haber sentido excitación al ver la sangre brotar del cuerpo de su primera víctima en 1972.
En febrero de 1980 comenzó en Chicago el juicio en su contra y aunque se declaró inocente alegando problemas mentales, los estudios realizados fueron negativos, además que ya había confesado a la policía sus asesinatos, que los cometía disfrazado como el payaso Pogo, el mismo que sirvió de inspiración a Stephen King para crear al horroroso payaso de las películas taquilleras de It.