Por: Vanessa Cruzado
Celebrando sus primeros 10 años de carrera musical, The Kooks anunció su gira mundial ‘The Best of The Kooks’ y gran euforia desató cuando (por fin) decidió incluir a Perú. El anuncio, por supuesto, fue bien recibido por los locales y para demostrarlo, a dos semanas de haber salido a la venta, agotaron las entradas para el show.
Todo estaba listo para el primer encuentro entre Luke Pritchard, Hugh Harris, Alexis Nuñez, Peter Denton y los peruanos. La cita estaba pactada para las 09:00 p.m. y cuando terminó de sonar Everythin Now de Arcade Fire, Domos Art estaba listo para recibir a su primer artista internacional. Sin embargo, hubo un retraso de 15 minutos. Entre gritos y silbidos, los británicos salen en escena para arrancar con un enérgico Eddie’s Gun.
‘Hola Perú, gracias por recibirnos’, dice Luke a un emocionado público y trata de calmarlos con Sofa Son. ‘Solo nos tomó diez años [para venir]’, bromea el vocalista y para volver a sentir la vibra de los asistentes, que fue contagiada al cuarteto, dan paso a Be Who You Are. El recinto perdió el control y eso que tocaban la tercera canción.
‘Esta es una canción antigua. Es la cuarta o quinta de uno de nuestros primeros discos’, adelanta Pritchard haciendo referencia a Ooh La , el quinto single de Inside in/ Inside out (2006). Esa fue la llave para abrir la puerta a la época dorada de su música.
Sin tiempo a un respiro, The Kooks pidió al público que entone ‘Oh oh oh oh’ y a una sola voz, la banda y los asistentes prosiguieron con Bad Habit. Siguiendo el orden del disco – Listen (2014)-, siguió con Down para bajar los ánimos y recargar energía.
She Moves In Her Own Way y Westsides, pese a tener ritmos que motivan a bailar, estabilizaron a los asistentes. Ahora sí, con energías recargadas, Do you wanna – del clásico Konk (2008)- se apodera del lugar.
Golden Age
Habían pasado poco más de 30 minutos ininterrumpidos desde que inició el concierto, entonces Hugh, Alex y Peter tomaron un merecido descanso. Luke quedó en el escenario y luego de volver a agradecer por la mágica noche, cuenta que [la siguiente canción] la escribió hace algún tiempo cuando falleció su papá. Sentado en el piano y con una luz blanca iluminándolo, el momento emotivo de la noche llegó con See Me Now.
El resto de la banda regresa y son recibidos con aplausos. The Kooks había superado las expectativas. El concierto en Perú tenía todos los ingredientes para ser el más especial: el primer país que los recibía en su paso por Lationamérica y su primera presentación en el país. A eso, agregarle que fuimos los primeros en escuchar All The Time, una de las canciones de su nuevo disco.
‘Prometemos cantar Naive’, dijo Luke entre risas luego de presentar su nuevo tema. Pero aún no era el momento. La euforia continuó con Matchbox, You don’t love me, Is it me y Sway (el limbo entre la energía y la calma). Los asistentes se pudieron a bailar con Shine on y Around Town.
Para volver a sorprender a su audiencia, los británicos tocaron su segundo tema (cuyo título sí recordaron) del nuevo material que sale este año: No Pressure. De lo nuevo, la banda pasó a lo clásico con Junk of the heart y sí nos hizo felices, sobre todo a los que tenían el smartphone a la mano.
El cuarteto se retiró del escenario por unos minutos. Mientras, los asistentes coreaban ‘olé, olé, olé, The Kooks, The Kooks’. Con una versión un poco más movida, Seaside adelantaba el final del show. Las energías que uno pensó que no tenía, aparecieron en Always Where.
‘Esta es una presentación que nunca olvidaré. Muchas gracias y buenas noches. Esta es nuestra última canción’, dice Luke. Naive, una de sus canciones más emblemáticas, resonó -junto al canto de los asistentes- en los Domos Art. El recital cumple con el nombre de la gira porque sí fue lo mejor de The Kooks y derrochó en Perú una energía que se esperaba desde hace una década.
Revive el primer concierto de The Kooks en Lima con nuestra playlist en Spotify:
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