Por: José Barreto
Tras casi cinco años, Wendy Ramos se despide de Cuerda, su primer unipersonal que repondrá por última vez desde este 15 de febrero en el Teatro Pirandello.
Este es el quinto año en el que repones Cuerda, ¿cómo te sientes al saber que el público aún demanda este espectáculo?
Nunca me imaginé que iba a pasar una cosa así con Cuerda. Cuando comencé a crearlo tenía mucho miedo. Y cuando lo iniciamos con Nishme Sumar (directora), pensé en un espacio pequeño, porque si no le gustaba a la gente, no muchos se enterarían (risas). Pero Los Productores nos ofrecieron el Pirandello, con 700 butacas, algo aterrador para alguien que tiene que sostener una obra sola. Pero todo ha sido increíble hasta ahora.
El público se siente tocado de manera particular por lo que dices ahí…
Es realmente alucinante lo que me dicen en la calle. ‘Oye, gracias a ti renuncié a mi trabajo y estoy feliz’ (risas), me dijo alguien alguna vez. Ha sido interesante escuchar y leer las historias del público. Me llama mucho la atención que haya personas que la han visto más de una vez.
¿Cómo ha ido evolucionando el espectáculo?
Nishme va a todas las funciones para tomar apuntes y decirme qué sacar y qué poner. Me encanta ese momento de feedback. El espectáculo crece función a función. Hay una parte que siempre cambia, que es la de los viajes. Al final, con las licencias que permite el formato, esa payasa que se ve en el escenario termino siendo yo. Siempre hay puertas que me permiten ir y venir de mi payasa en el espectáculo.
Regresando al momento de la creación del espectáculo, ¿es verdad que tuviste que ponerte una férula dental por las noches debido a los nervios?
En los días previos al estreno, amanecía con un dolor horrible en los dientes. Y es que, claro, no había hecho nada propio nunca. Siempre iba a festivales de clown para dar talleres y nada más. Me conocían como profesora, pero no tenía ningún espectáculo propio. Era la vergüenza del mundo del clown. Todos tenían uno menos yo (risas). Me aterraba que el público quisiera ver en Cuerda a la Wendy de Pataclaun, que era lo último que habían visto de mí como payasa. Por eso, me daba pánico que el público fuera y dijera ‘esto no es gracioso’. Y me daba miedo porque puse todo mi corazón en Cuerda, mi alma, mis miedos, fobias y abandonos. Y sí, me tuve que poner la férula (risas).
¿Fue muy duro el proceso para crear Cuerda?
Durísimo. Y además en Cuerda no solo estoy yo, sino muchas otras personas. Está el novio con el que empecé los primeros textos y el amigo que lo vio por primera vez y me dio algunas sugerencias…
Cuerda nos habla de ‘soltar’ las cosas, ¿por qué es importante hacerlo?
Bueno, creo que no hace falta decir que es bueno soltar relaciones tóxicas, o trabajos que no nos gustan. Pero también es necesario soltar cosas buenas. Suena loco, ¿no? Con el tiempo, yo comencé a tener esa necesidad de soltar cosas buenas. Por ejemplo, Bola Roja. Fueron 15 años de trabajo por los que fui reconocida aquí y afuera, con un equipo de gente increíble. Era el mejor momento de Bola Roja… pero sentí que era el momento de dejarlo ir. Y mientras soltaba esa cuerda no sabía qué iba a ser de mí. Pero luego me di cuenta de que al soltar aún me quedaba con todo lo bueno que aprendí para emprender nuevos sueños.
SOBRE ‘CUERDA’
- Última temporada: Serán 15 funciones del 15 de febrero al 5 de marzo.
* Funciones: Jueves, viernes, sábado y lunes a las 8:30 p.m. y los domingos a las 7 p.m.
* Entradas: Desde S/ 30 en Teleticket.
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