No somos pocos los peruanos que nos acostumbramos a ver a Raúl Romero en televisión cada tarde durante los últimos años. Su particular estilo dejó huella en los programas concurso familiares. Hasta hace poco se le veía en Patriotas emitido por Plus TV. Un programa de concursos en el que las preguntas eran sobre el Perú.
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Conversamos con Raúl Romero y nos contó, entre otras cosas, lo que opina de la llamada televisión basura, sus proyectos musicales y la intención de volver a la señal abierta.
Patriotas era un programa con el que muchos se identificaban. ¿Percibías eso en la gente?
La reacción de la gente con Patriotas es diferente. Yo veo mucho entusiasmo, mucha conexión. No es tanto un acercamiento hacia mí en el sentido que lo pueda hacer bien o no tan bien. Se habla del programa, y eso es algo nuevo. Los programas de concurso deben ser lo más dinámico posible. Si le das emoción, adrenalina, y conocimiento a la vez, entonces logras un producto más potente.
¿Habrá una nueva temporada de Patriotas?
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No. Patriotas ya no va más. Está fuera de la programación. Plus TV hará algunos cambios y no estamos en los planes. El programa no tenía un horario fijo, teníamos que adecuarnos a los requerimientos del canal. Pero yo estoy agradecido con el canal porque fueron valientes. Es un canal de primera, con un equipo de primera. Sería contradictorio no hacer ver lo bueno que es Plus TV para la televisión peruana. Me apena no haber podido seguir allí. No es una buena noticia ni para mí ni para quienes seguían el programa.
¿Sería factible llevar Patriotas a más personas?
Mi voluntad es llevar el programa a la señal abierta. El canal 7 (TV Perú) sería ideal. Siento que TV Perú es un canal en el que un programa como Patriotas tendría un espacio más amplio al tener señal nacional. No podría usarse el nombre Patriotas. Pero creo que va mucho con la propuesta del canal.
Sobre la televisión ‘basura’
¿Qué opinión tienes sobre la televisión llamada basura?
Yo creo que la denominación basura es un poco fuerte, digamos que no motiva a nadie. Ni a quien la está haciendo, ni a quienes podrían aportar en la mejora. Los canales de televisión abierta son empresas que tienen un directorio y que piden resultados. Si pidiesen unos millones menos a los gerentes de producción tal vez ellos tendrían más margen y abandonarían el resultado “fácil”, entre comillas, porque no es fácil hacer tanto rating. Pero es una corriente fácil, conocida de éxito.
¿Qué hacer con este tema?
Los que manejan los canales ni siquiera ven sus propios contenidos. Lo que ven son los ‘excels’, y si las cifras no son buenas le caen encima al gerente. Entonces yo sí creo que, como un servicio civil, ellos y sus hijos deberían por ley ver seis horas de programación de señal abierta al día. A ver, trágate lo que tú le das a la familia peruana. No estoy proponiendo esto, porque es imposible coactar la libertad de las personas. Pero debería haber una forma de que se den cuenta de lo que hacen, para así moderarse.
¿Y los anunciantes?
El otro problema es que las centrales de medios, que son los intermediarios entre los canales y las marcas, deciden dónde les resulta más rentable poner la plata. Los dueños de las marcas muchas veces no ven dónde invierten. Los gerentes tampoco tienen la mínima idea de dónde está yendo su plata. Ellos tampoco ven televisión nacional. Pero no son todos. Cencosud, por ejemplo, es una empresa que tiene responsabilidad en la inversión de los contenidos. A Patriotas lo auspiciaron marcas como Promperu, Mifarma, Air Europa, Inca Kola y Metro… probablemente me olvido de alguno. Ellos pusieron su platita, que lo pudieron hacer en otro contenido, pero pusieron su grano de arena en un programa como el nuestro.
¿Cómo manejarlo?
Las centrales de medio te pautean en esos programas no como auspiciador, sino en las pautas. Cuando los canales deciden qué poner, ven si un programa es rentable teniendo en cuenta las pautas. Los anunciantes deberían decir: ‘No me pongas en ese programa ni en pauta’. Vas a ver cómo en seis meses cambia la televisión peruana.
Entonces hay esperanzas…
Los programas que vemos como negativos, tienen programas con 16, 18 puntos a veces. El líder, que se ha vuelto un programa más apto, está en 20 a 22 puntos. Entonces, hay que tener en cuenta que un 78% de televisores a nivel nacional no sintoniza estos programas, no los ve. No proclamemos que el mundo está perdido. Yo lo veo como una chacra que hay que cultivar.
¿Ves televisión de señal abierta con tu familia?
Nosotros señal abierta vemos muy poco. Ayer estábamos hablando de Melcochita porque estamos muy preocupados por su situación. Y mi hija me preguntó quién era Melcochita. Ellos no ven mucho señal abierta. Yo considero que es un espacio peligroso para niños menores de 14. No se me ocurre qué programa podría ver mi hija en la señal abierta.
La etapa en Habacilar
El público te conoce por haber hecho la llamada televisión blanca. ¿Sentiste alguna vez en tu última etapa en América TV que se excedieron en los contenidos?
Sí, hemos tenido algunas veces que hemos estado en amarillo. No sé si es justo decir que hacía televisión blanca. Era una televisión pícara, era un programa multifamiliar. Tal vez en un momento el toque sensual se nos fue de las manos. Así como reconozco cosas, fue muy contra mi voluntad. Cuando pasaba eso, la gente no sabe mis broncas constantes con el equipo de producción por los contenidos. Hacíamos 6 concursos al día, 30 a la semana, 120 al mes. Que una de esas veces, haya habido un exceso verbal o una exposición, sí lo hubo. Las trasgresiones eran contra mi voluntad, yo era el freno.
¿El freno?
Sí, te cuento una anécdota. Una vez devolví menciones o activaciones a una marca porque me parecían inadecuadas. Mis socios me llamaban y me decían ‘¡qué tienes!’. Les expliqué que el auspiciador quiere este contenido y yo no estoy de acuerdo. La agencia entró en trompo. Pero cuando la marca se enteró, dijo ‘Está muy bien, Raúl. Es excesivo este contenido’. No creo que muchos conductores hayan hecho algo así, yo lo hice.
¿Crees que el fin de Habacilar se debió a que el público que había crecido contigo, viéndote, empezó a tener otros intereses?
Es difícil decirlo, porque el equipo de producción tenía una gran capacidad de reacción. Habacilar lo hacía Target TV que era una compañía mía con Mariana (Ramírez del Villar) y Diego (Quijano). Llega un momento que optamos por separarnos. El canal quería seguir, y las personas idóneas eran ellos. El final de Habacilar se explica por un tema interno, pero viendo las cosas después de años ha sido bueno separarnos.
¿Lo ves así?
Sí, creo que ha sido un buen desenlace para todos. Había un gran equipo detrás del programa. Recuerda que cuando llegó el Último Pasajero nos dio en el suelo durante dos meses. Luego salimos con ‘Canta si puedes’ y ‘Amigos y Rivales’ y los desaparecimos del mapa. No sé si hubiera podido sobrevivir con la nueva fórmula de Habacilar.
La música
¿Cuáles son tus proyectos?
Ahora estoy por grabar una nueva canción con Juan Carlos Fernández, que es como el rey Midas de la música en Perú. Antes estaba haciendo salsa, pero ahora voy a dar un giro de cinco grados para hacer latin. Sigo como solista. También estoy metido en emprendimientos personales. ¿Un regreso de los NSQ y NSC? Nos reunimos cada semana a celebrar la amistad, pero no tenemos a la vista un reencuentro en los escenarios.
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