Nadia Ali es una estrella porno musulmana que se ha diferenciado de sus colegas por usar en sus bailes y películas para adultos uno de los símbolos claves del Islam: el hijab, símbolo de la modestia femenina en esta religión.
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Esto la ha hecho polémica y más famosa. Sobre todo porque sigue conservando su religión al rezar regularmente.
Ali afirmó estár “vetada” de Pakistán luego de protagonizar escenas para adultos con la vestimenta islámica. Ella entró como bailarina hace dos años y medio y luego fue escort (acompañante). Afirma que, aunque experimenta conflictos entre su religión y su trabajo, ve todo como un trampolín para entrar a la industria de la belleza.
Tiene 25 años. Por supuesto, vive en Los Ángeles. Bailar con hijab la ayudó a tener más audiencia. No volvería a visitar su país natal por lo que hizo y es que no es cualquier cosa: Hay una película llamada “Mujeres del Oriente Medio”, cuyo eslogan es revelador. Dice “Esto podría estar en la colección porno de Bin Laden”.
“Yo practico el Islam por el bien de la paz y directrices que tiene- no robar, ser humilde, feliz y agradecer- aunque sé que uno de los principales pecados es el adulterio. Yo lo hacía varias veces al día como scort y soy consciente de ello, pero así rezaba. Y ya no lo hago más”.
Nadia siempre tuvo problemas financieros, pero en un salón de belleza le propusieron trabajar como bailarina erótica y no volvió a hacerlo jamás. Sus padres saben lo que hace y no la contratan si no viste su traje característico. “No quiero dañar a mi cultura sino ser abierta con mi sexualidad”, afirmó, en entrevista con el portal “Refinery 29”.
Nadia Alí también es figura mundial por venir precisamente de un país en el que las mujeres tienen aún sus derechos restringidos por la religión. Y a las que incluso matan por casarse por amor en lo que se llaman “crímenes de honor”. Pero ella solo es un caso visible de lo que pasa con las estrellas femeninas que provienen de países donde el Islam es estricto y radical.
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Mia Khalifa, estrella del cine para adultos libanesa que también ha sido criticada por tener un popular video con hijab,es más famosa en Estados Unidos que en su país natal. También han cerrado sus redes sociales por lo que hace.
Pero ella no es la única mujer “vetada” en su país de origen debido al Islam y su fuerte simbología. De hecho, las bailarinas de Danza Oriental, exponentes de un arte milenario, también son enormemente criticadas, incluso discriminadas y encarceladas debido a la connotación “sexual” que el baile tiene para la cultura musulmana, aunque también haga parte del folclore y la historia de Medio Oriente.
Dina, la estrella legendaria de Egipto, ha sido una de las estrellas más criticadas por su estilo y sus trajes reveladores. Irónicamente, tiene miles de alumnas en el mundo, es un referente (fue jurado de un reality de bellydancers en 2014 llamado “Rakkasa”) y una de las famosas más admiradas de su país natal.
De hecho, muchas bailarinas en El Cairo tienen que sufrir por el acoso gubernamental, el rechazo de la sociedad e incluso el acoso sexual. Las de clase más baja terminan como prostitutas. Las estrellas se exponen a multas por hacer su trabajo.