JOSÉ BARRETO
Allá por la década de 1980, en el entonces periférico distrito de San Martín de Porres, un pequeño de 12 años veía emocionado cómo un grupo de soñadores, comandados por Fernando Zevallos y Estela Paredes, llegaba con zancos y tambores a formar un espectáculo de circo en medio de la nada.
32 años después, ese puñado de artistas conforma el emblemático circo peruano La Tarumba. Y 32 años después, Carlos Olivera, aquel niño embelesado por la magia circense, es hoy el director de Tempo, el nuevo espectáculo de esta compañía de circo y teatro.
‘He dedicado mi vida al circo. Soy un director nacido en las canteras de La Tarumba. El hecho de que yo asuma este cargo es la prueba de que el proyecto de Fernando y Estela es viable. Uno sí puede ser un profesional del circo y vivir de esto’, nos comenta Olivera.
Pero nada ha sido gratuito. Olivera, a quien el año pasado vimos como El Arlequín en el espectáculo Zanni, cuenta que esta designación se dio ‘de manera progresiva’. ‘La responsabilidad me la he ganado de a pocos. Acompaño a Fernande desde hace años, primero como artista, luego como asistente de producción, y cada vez con más presencia’, explica Olivera.
El tiempo es un tesoro…
Carlos nos cuenta que para diseñar Tempo se inspiró en Momo, novela del alemán Michael Ende. ‘Zuzú es una niña que, gracias a su capacidad de escuchar, genera bienestar en su pueblo. Eso le fastidia a los extraños seres grises que controlan a la población, que entonces se proponen capturarla’.
Esos hombres grises, continúa Olivera, consideran que los juegos y el arte son una pérdida de tiempo. ‘Este espectáculo trata sobre cómo le damos valor a nuestro tiempo. El mensaje es que debemos revelarnos ante esa masa gris que nos dice en qué debemos invertir el tiempo para cumplir con sus patrones de ‘éxito’. La verdadera vida está en el tiempo que destinamos a vivirla’, opina.
En total, serán 35 artistas los que estarán bajo la dirección de Olivera, con el aporte musical de Amador ‘Chebo’ Ballumbrosio. El espectáculo se abre hoy y va hasta el 28 de agosto en Plaza Lima Sur de Chorrillos.
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¡A la cañita dile no!
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