Háblanos un poco de esta nueva experiencia de acción…
Creo que la primera película (Ataque a la Casa Blanca – 2013) tomó por sorpresa a todos. La gente respondió bien a los elementos clásicos de películas ochenteras como Duro de Matar: muchas escenas de acción y personajes heroicos duros, muy decididos, pero también graciosos. Entonces, si el público recibe algo bueno, quiere más. Eso es lo que ha pasado aquí. La gente se enganchó con la primera película y, para esta segunda, ya teníamos una legión de fanáticos que esperaba algo igual de bueno.
¿Hubo presión extra para esta entrega, entonces?
De todas maneras. Había presión por no defraudar, pero también comencé a recordar cuán golpeado terminé en la primera entrega y me preocupé (risas). La valla era muy alta, pero estoy seguro que conseguimos superarnos a nosotros mismos. Esta entrega es más divertida y peligrosa que su antecesora. De no sentirme capaz de lograrlo, no me hubiera comprometido a hacer una segunda parte.
¿Cómo describirías a Londres Bajo Fuego?
Es fabulosa. Estamos el presidente de Estados Unidos (Aaron Eckhart) y yo en las calles de Londres, siendo perseguidos como animales. Es como una película de zombies o de terror: la ciudad está completamente vacía y sentimos cómo las balas pasan muy cerca de nosotros, sin saber a dónde ir o en quién confiar.
Cuéntanos un poco del argumento…
Hay muerte desde el inicio de la película. Nos ubicamos en el funeral del primer ministro británico, quien ha fallecido en circunstancias muy extrañas. Por eso, en Londres habrá líderes de todo el mundo, lo más selecto de la política global. Eso, para un agente de seguridad como mi personaje, Mike Banning, es una completa pesadilla. Sumado a eso, mi personaje está a punto de ser padre… una cosa de locos (risas).
¿Qué más puedes decirnos de tu personaje?
Luego de la primera entrega, Mike vuelve a ganarse la confianza del presidente estadounidense, quien sabe que es el mejor hombre que puede tener en su esquina. Mike es una persona que puede hacer lo que sea por su país, pero ahora ya no es él solo: su hijo está por nacer. En una de las primeras escenas se le ve escribiendo su carta de renuncia. Y, como es de esperarse, en esta su última misión, sucede lo peor.