Por Zoë Massey
Hace unos días me tocó perderme en Miraflores. Caminaba luego de una divertida entrevista buscando por dónde demonios pasaba el bus que me lleva a casa, ahora que las calles están cerradas y cambian su ruta habitual. Terminé caminando más del doble de lo imaginado para luego dar una vuelta hacia el Metropolitano, que estaba a una cuadra de mi punto de partida, un par de horas atrás. Lo rescatable de este enredo ciudadano es que me encontré pasando por la puerta del Centro de la Imagen y aproveché para entrar y ver la muestra que está hoy ahí. Gran sorpresa gran.
Solange Adum expone en la galería El Ojo Ajeno. Es su segunda muestra individual y debo decir que me ha gustado mucho. Natural trae fotos de bosques, vegetación, aves, plantas medicinales. No te voy a mentir, no sé cuál es la ilación entre cada serie, pero me gusta, funciona. Es de un montaje muy limpio, con un extraño color vivo presentado en aves muertas (no pude evitar recordar aquella muestra de Marco Carpio, tan criticada, y pensar ¿por qué una sí lo es y otras no?).
Hace un rato, mientras empezaba a escribir esta columna, me puse a leer online para informarme un poquito más. Pero decidí que no, que te la voy a recomendar por lo que vi y sentí desde mi total desconocimiento del fondo de este proyecto. La sala de entrada a la galería tiene una serie de fotos superpuestas de bosques (¿digitalmente?, habría que preguntarle). Hace muy poco vi el documental de Wim Wenders sobre el trabajo del fotógrafo Sebastiao Salgado.
Allí cuenta que luego de ver la desgracia del mundo viajando por Ruanda y otras zonas del mundo afectadas por guerras, sequías, abandonos y muertes, de registrar muerte y miseria y sentir que enfermaba del alma, Salgado regresó a Brasil y decidió reforestar 600 hectáreas con plantas nativas, crear un bosque, o más bien traerlo de vuelta para que fuera como él recordaba la zona donde creció. La granja de su abuelo hoy revela la importancia de revalorizar la vida como opuesto a todas las atrocidades del mundo. Tal vez por esto mismo me gustó tanto lo que vi en estas fotos de Solange Adum.
A resaltar el texto escrito por Carlos Caamaño: muy claro, muy simple, un idioma directo y sin haberse puesto a rebuscar en los diccionarios de la RAE. Muy bueno. No sé si a ustedes les pasa, pero siento que cada vez que voy a una galería el texto puesto en la pared en lugar de meterme en la muestra lo que hace es distanciarme, marcando una pseudointelectual pared entre el espectador y el expositor. Algo que no solo me parece totalmente innecesario, sino que en varios casos bordea la huachafada. Bien por Carlos, directo como es él, te mete más en el trabajo de Adum. Gracias por eso.
Eso sí, buscando links online, descubrí que había otra muestra que no vi en la galería El Borde, que se encuentra en la misma escuela pero cruzando el patio. Se trata de Perpendicular, de Daniel Malka. Sería bueno que quienes trabajan en este espacio te comenten que está ahí también; si no, puedo apostar que más gente se la estará perdiendo también. Entonces, qué bueno que me enredé en la desorganización urbana.