Por Zoë Massey
Se vienen días de locura. Nunca he entendido por qué la Navidad, por algunas semanas, saca lo peor de mucha gente. Tengo entendido que debería suceder lo opuesto. Con el amigo secreto y los intercambios de regalos, en las oficinas o la familia nunca faltan personajes que se resienten si no les entregas algo en estas fechas. Todo se vuelve un forzoso compromiso con el consumismo. Claro que me gusta recibir regalos y me encanta hacer feliz a otra persona con alguna sorpresa, pero eso de hacerlo por obligación y ser parte de la histeria colectiva de diciembre nunca ha sido lo mío.
Esta vez te quiero recomendar opciones ‘alternativas’ para que esta Navidad de verdad sea para compartir y no solo para gastar.
1. Involúcrate con obras sociales. Hay cientos de albergues de niños, ancianos, mujeres maltratadas, niñas abusadas, y mucho vacío en ellos. Entonces tú, que tienes techo, cariño, educación, alimento y salud (o al menos algunos de ellos), podrías detenerte un momento y pensar en la suerte que tienes. En lo personal creo que lo mínimo que uno puede hacer en agradecimiento es dar. Algunas opciones son: La Asociación Civil Voluntades. Tiene cuatro diferentes labores destinadas a niños de uno a 18 años. Puedes unirte y participar en actividades con ellos, conseguir donaciones para ellos entre tus amigos e ir a regalarles sonrisas (www.voluntades.org).
El Hospital Victor Larco Herrera. Alberga no solo pacientes de diferentes enfermedades mentales. Muchas familias han optado por abandonar a los suyos ahí al sentir que no pueden (o no quieren) hacerse cargo. Aquí puedes donar alimentos, ropa, muebles que ya no entren en tu casa y también tu presencia (www.facebook.com/pages/Voluntariado-Hospital-V-Larco-Herrera).
La Navidad de los Niños de Misca. Esta es una actividad organizada por dos artistas plásticos. Luego del terremoto de setiembre, este pueblo cusqueño ha quedado 100% inhabitable. La meta es llevarles sonrisas. Con una donación en efectivo se armarán canastas de víveres que se unen a los útiles de dibujo donados por la empresa Artesco de pura y enorme buena onda (www.facebook.com/events/607658662690060).
2. Cómprale a productores locales. Hoy en día cada vez son más quienes crean empresa en todos los rubros imaginables. Tenemos desde artes plásticas, libros, ropa, comida, cuadernos personalizados, zapatos, decoración, muebles reciclados, incluso terapias de relajación, danza, reiki… la lista es inacabable. Entonces, piensa que antes de irte a las megatiendas por departamento en una de estas ferias o tiendas independientes no solo podrás conseguir algo con sello personal y no producido en masa, sino que estarás fomentando el negocio pequeño y al mercado local (www.facebook.com/laferia.pe).
3. Recicla, reutiliza. Qué onda con eso de comprar, comprar, comprar… Anda a Las Traperas, ellas te venden ropa de segunda mano con historia personal, libros, zapatos y más a los que les puedes dar una segunda vida (www.facebook.com/las.traperas).
4. Anda a mercados de artesanías, regala algo tradicional, hecho a mano, que cuenta un poco las tradiciones de nuestro país. A los más pequeños de casa regálales juguetes de madera, didácticos, no solo hipnotizantes juegos electrónicos (www.facebook.com/Peruindependiente).
5. Regala tu tiempo a quien está solo. Cada vez más la publicidad de esta época se enfoca en que si no te juntas con tu familia es una época triste…¿y si no tienes familia? Hay muchas personas que no tienen familia, muchas que viven también solos en la calle y que estas les han dado la espalda y olvido, un rato de tu tiempo, una conversación, un poco de sonrisas le pueden cambiar el día por completo.
Si piensas que es hora de regalarle una mascota a tu hijo, amigo, padre, abuelo, piensa que esto es un compromiso de por vida y no un gustito temporal hasta que se aburran. Pero sobre todo piensa en no comprar, sino adoptar una mascota (www.facebook.com/arba.peru).
De hecho trata de adoptar esto no como algo solo por navidad, pero por algo se empieza. Regálate a ti mismo un cambio de actitud.