Por José Barreto
Música para servir. Música de paz. Música de esperanza. Así podríamos definir las melodías y acordes de la banda Siervas, agrupación musical conformada por once religiosas de distintas nacionalidades, que han unido sus talentos con el único fin de llevar amor a los corazones más necesitados.
Y es que estas religiosas, miembros de la comunidad Siervas del Plan de Dios, fundada en el Perú en 1998, se han tomado en serio el famoso dicho que reza: ‘cantar es elevar una plegaria al cielo dos veces’.
Al más puro estilo de las monjas en Cambio de hábito (1992), el filme protagonizado por Whoopi Goldberg, estas entusiastas religiosas se han puesto como meta cambiar con su música la figura acartonada que injustamente se les impone a las monjas, y demostrar que llevar un mensaje de amor no tiene por qué ser aburrido.
‘Nunca en mi vida había considerado ser religiosa porque uno tiene la imagen de la monja seria y callada. Pensaba que no podía tener vocación porque yo no era así. Pero cuando conocí a las Siervas, me di cuenta de que todas tenían la misma profunda alegría de seguir al Señor’, nos cuenta la hermana Mónica (37), peruana de nacimiento y arqueóloga de profesión, quien recibió ‘el llamado’ de Dios a los 25 años.
En la agrupación, que ya cuenta con cinco discos, todos con composiciones propias, encontramos también a la hermana Dayana Cobos, dueña de una prodigiosa voz y quien a pesar de sus cortos 18 años ha tomado la difícil decisión de abandonar su natal Guayaquil (Ecuador) para seguir los pasos de su vocación. ‘Me di cuenta de que no podemos ser indiferentes ante la necesidad de la gente. Entendí que mi misión era llevar a Jesús al mundo y hacer que su mensaje sea creíble’, confiesa Dayana.
Aunque proviene de una familia de músicos, Dayana siente que con el grupo, la música está teniendo un nuevo sentido en su vida. ‘Con la música podemos transmitir nuestro mensaje en un lenguaje universal. La esperanza llega a todos, así no hablen nuestro idioma, directamente desde quiénes somos hasta sus corazones’, agrega la ecuatoriana.
Al igual que ella, la hermana María Josefina (29), proveniente de Chile, dejó su labor como profesora de educación física para cantar en el grupo. ‘La música me abre la posibilidad de hablar del Señor de manera sencilla, clara y directa. Cuando toco y canto me siento feliz porque puedo hacer las dos cosas que más me gustan: música y anunciar a Jesús’, nos cuenta.
Solo basta con escuchar canciones como Contribuyendo al cambio, Confía en Dios, María en camino o Ansias que queman -tema que le da el nombre a su quinta producción- para caer en cuenta que a ritmo de maracas, bajo, batería, guitarras y otros instrumentos, las Siervas no están jugando musicalmente y se toman muy en serio este trabajo.
Con influencias que discurren entre el pop, la música clásica y hasta la música latinoamericana, el grupo Siervas ha decidido iniciar hoy su primera gira musical (ver recuadro), ofreciendo sus primeros conciertos pagados y abiertos al público porque sienten que ha llegado la hora de remecer las formas tradicionales de evangelizar.
Lo recaudado, tanto en sus conciertos como en la venta de su último disco, servirá para hacer obras benéficas. ‘El impulso de todo esto es abrir una segunda comunidad de Siervas del Plan de Dios en Angola’, sostiene la hermana argentina Andrea García (44), que vive en el Perú desde los 9 años. ‘Pero además queremos seguir brindando ayuda a las cárceles y colegios de las zonas más pobres de Lima, siempre llevando un mensaje de esperanza’.