Por: Ned Ehrbar
Me encanta tu nuevo corte. Gracias. Sabes, siempre salgo como un gato asustado de la peluquería, me siento insegura. Necesito la mayor cantidad de energías positivas que pueda recibir.
Tan pronto se supo que te habías cortado el pelo, la gente dijo que parecía una peluca. Sí, lo sé. Por suerte, no leo lo que la gente pone en redes sociales. Soy muy buena evitando eso. Solo suelo leer los comentarios cuando estoy con mis dos mejores amigos. Ellos son lindos, porque se preocupan siempre por mí. Cuando mis fotos con Dior salieron, ellos se encargaron de verlas por mí y me enseñaban los comentarios. Algunos decían: ‘Esta chica es un cerdo y debería morir’ o ‘Ella es una engreída’.
¿Nunca los lees? Nunca. Luego me dije: ‘Disculpen si me veo engreída en un traje de Dior. Pero ni siquiera pude quedármelo, ¿por qué quieren que muera?’. Ahora, tengo muchas cosas que hacer y no me preocupo por eso.
Lo más ridículo que he leído sobre ti es: ‘Jennifer Lawrence tiene un escritor de bromas profesional’. ¡Oh por Dios! Mi miedo más grande en el lanzamiento de esta nueva película son las entrevistas. Anoche estaba echada en mi cama y pensé: ‘Todos se van a aburrir de esta locura. Puedo ser graciosa todo el tiempo, pero llegará un momento en que la gente se va a cansar’. Así que he decidido ser lo más educada y madura posible esta vez…
¿Y cómo te está yendo? Mal (risas). Pero siempre tuve ese pensamiento de que la gente va a creer que mis bromas son totalmente planeadas. Es una de mis grandes pesadillas. Si lo hubiera leído hubiera dicho: ‘Dios mío, ¿cómo hago ahora para demostrar que es falso?’ Y terminaría exhausta. Me preocupo por todo y soy muy ansiosa.
Has sido muy abierta respecto a temas como la imagen corporal y la obsesión de Hollywood por ello… Hay que tomarse esas cosas con calma. La prensa tiene mucha responsabilidad cuando eso se sale de control. Lo peor es que pretendan no tener la culpa y digan ‘así es el mundo real’, como una forma de defenderse. La gente decía lo mismo en los años cuarenta y cincuenta, cuando los negros tenían que usar baños diferentes: ‘Lo siento, es el mundo real y así funciona’. Hasta que no hagas algo para cambiar las cosas tú mismo, el mundo seguirá igual.
¿Qué es lo más raro que has hecho con tu Oscar? Lo tenía en el clóset de mi baño, pero solo porque me hacía sentir extraña cada vez que lo veía. Siempre me pregunto: ‘¿Qué debería sentir? ¿Estoy sintiendo lo que todos sienten?’. Creo que me hace mal pensar demasiado, no me gustaría que la gente venga a visitarme solo para verlo. Lo último que deseo es sentirme intimidada. Así que ahora está en casa de mis padres. Mi mamá puede intimidar gente, en verdad.