5 cosas que no sabías sobre el sexo en la Antigüedad

Nadie se identificaba como heterosexual, gay o bisexual; sino que se dejaban llevar por el placer sexual, libres de culpa. Acá unos datos del libro The Joy of Sexus: Ludt, Love & Longing in the Ancient World como para quitarle lo aburrido a las lecturas históricas.

1. Un asombroso ejército gay Olvídense de Sparta y de Atenas. Alrededor del año 375 A.C. la ciudad más guerrera cerca a Grecia era Tebas (que fue la capital del Imperio Medio e Imperio Nuevo de Egipto). Hicieron un enorme aporte cultural combinando las dos cosas favoritas de los hombres: sexo y combate. Conocidos por aceptar abiertamente la homosexualidad masculina, armaron un ejército de 300 hombres reclutados entre la población de hombres comprometidos con alguien de su mismo sexo. Llamaron a este ejército élite ‘El bando secreto’.

2. El precio por adulterio Durante años, los hombres y mujeres que fuesen sorprendidos cometiendo adulterio podían ser asesinados. Hubo, sin embargo, un castigo no letal pero humillante reservado para los tramposos masculinos. El marido engañado legalmente podría sodomizar al adúltero frente a una audiencia, si así lo deseaba. En vez de penetración humana, el castigo a veces se hacía forma simbólica. La parte perjudicada podía infligir su venganza mediante la inserción de un rábano en ano de su rival. ¿Cómo sabemos sobre el procedimiento? Debido a que fue retratado en las comedias griegas de Aristófanes y otros.

3. ¿Divorcio? El divorcio sí existía en la Grecia y Roma. ¿Cuáles eran los causales aceptables para un divorcio? Los hombres podían pedirlo si sus esposas: eran infértiles (la mujer siempre tenía la culpa de que la pareja no pudiese tener hijos), tener relaciones sexuales con otra persona, consumir vino en exceso y hacer una copia de las llaves de la casa.

4. La ocupada vida sexual de Sócrates El señor intelectual le daba la bienvenida a mujeres, gays, esclavos y prostitutas a su activo círculo intelectual y la gente encontraba su mente particularmente sexy. Como resultado, Sócrates era un éxito con ambos sexos y se casó dos veces.

5. Juguetes sexuales amigables con el medio ambiente Como los consoladores de bronce eran sumamente costosos y los de cerámica se podían romper en los momentos cruciales, los artesanos modelaron el cuero en sugestivas formas. Las trabajadoras sexuales femeninas usualmente usaban consoladores para excitar a sus invitados en los festines. ¿Pero cómo las demás mujeres utilizaban los juguetes sexuales? Se cree que todo empezó mientras se horneaba pan. Una lasciva soñadora creó una pieza parecida a un pene humano y la industria sexual tuvo, así, su primer producto amigable con el medio ambiente.

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