Su rival en la disputa del oro el domingo será el británico Andy Murray, número 2 mundial y campeón en Londres-2012, que este sábado derrotó en la otra semifinal al japonés Kei Nishikori por un contundente 6-1 y 6-4.
“No puedo creer estar en la final y con una medalla y más cuando vi el sorteo con Djokovic (primera ronda). Pensaba más en el asado en Tandil, pero ahora me voy a comer el asado con una medalla colgada”, dijo Del Potro, que ya había arrebatado al serbio la medalla de bronce en Londres-2012.
Del Potro y Nadal, dos jugadores que en los últimos tiempos han sido atormentados por las lesiones, depararon un duelo épico, agónico, propio de dos ganadores de Gran Slams. Pudieron ganar los dos, pero la gloria deportiva solo se la puede llevar uno. Y este sábado fue para Del Potro.
“Puedo decir que me he dejado hasta la última gota de energía que tenía para intentar dar otra medalla a mí y a España. Nada que reprocharme y ahora mismo hablar de horarios y cansancio no sirve de nada. El ganador es él y hay que felicitarle”, dijo el español.
“En el deporte uno tiene que ganar y el otro tiene que perder, y a veces es por pequeños detalles. Y hoy ganó él por una diferencia de dos puntos en el ‘tie-beak’”, añadió.
Primer set para el español
Comenzó dominando el argentino, pero Nadal se recuperó mediado el set. El español contrarrestaba el juego de saque y derecha de Delpo con ‘passings’ profundos y ajustados a las líneas. Con un paralelo pegado a la raya se procuró tres ‘set points’ y forzó al error al argentino para apuntarse la primera manga por 5-7 en 55 minutos.
Al inicio del segundo set, Nadal tuvo muchos problemas para conservar su servicio y Delpo con un derechazo logró el quiebre en el tercer juego, levantando de sus asientos a varios cientos de aficionados argentinos presentes en la pista Central del Centro Olímpico de tenis de Barra.
La mayoría del público, no obstante, estuvo del lado de Nadal, que sumó las simpatías de la torcida carioca y las de sus compatriotas. “Traté de no hacer ningún gesto que pudiese avivar ese fuego que estaba prendido y creo que fui inteligente en eso”, explicó el sudamericano.
A diferencia del primer set, Del Potro supo aguantar su servicio para cerrar el parcial por 4-6 en 57 minutos de juego.
Sacando fuerzas de donde no las tiene (el de este sábado era su sexto partido en menos de una semana, cinco singles y un dobles), Delpo tiró de saque y del golpe de derecha para aferrarse a su sueño de jugar una final olímpica.
Él, que trata de recuperar su sitio en el circuito después de años lastrado por las lesiones que a punto estuvieron de hacerle renunciar a su carrera en 2015.
Lloros y besos al piso
En un último set de gran calidad, el tandilense tuvo 5-4 y saque para sellar el pase a la final, pero Nadal, le recuperó el ‘break’ con un juego en blanco y el partido se fue al ‘tie beak’, donde un magistral Delpo se llevó la victoria por 7/5.
“Lo único que pensé fue en meter todos mis saques. Fue lo que hice y lo perdí en cero. Eso habla de lo grande que es Rafa, que nunca se entrega”, destacó el argentino.
Tras consumarse la victoria, Del Potro acabó llorando en el suelo y besándolo… de la emoción por su pase a la final y por asegurar una medalla para Argentina. “Se vienen tantas cosas a la cabeza, mi familia y toda esa gente que hizo que nunca abandonase este deporte en los malos momentos”, explicó el tandilense, que antes de abandonar la cancha se abrazó a un grupo de compatriotas.
“Esos argentinos que estaban me hablaron durante todo el partido para que no bajase los brazos y me ayudaron mucho realmente. Es un triunfo de todos los que me están ayudando a no bajar los brazos. Las piernas no me dan para más, pero cuando miro fuera (a las tribunas) y veo a toda esa gente, como que me ayuda a correr más”.
Un aliento que también necesitará el domingo ante Murray… y que tiene garantizado por parte de la fiel afición albiceleste.