Cancelación de partido Serbia-Albania deriva en crisis diplomática

Ambas federaciones serán investigadas por el ingreso de un dron al terreno de juego con un mensaje político. Blatter aspira a un quinto mandato al frente de la FIFA

La interrupción del partido de clasificación para la Eurocopa entre Serbia y Albania en Belgrado se convirtió en una crisis diplomática este miércoles, con acusaciones mutuas entre ambos países.

“Serbia espera de los responsables albaneses una condena clara del incidente (…) como primer paso necesario para superar este problema” declaró el ministerio serbio de Relaciones Exteriores en un comunicado.

El jefe de la diplomacia albanesa, Ditmir Bushati, rechazó la responsabilidad y pidió a su vez a Belgrado que “condene sin equívocos los actos de violencia, y que identifique y castigue a los responsables de los incidentes antes, durante y después del partido”, que fue disputado el martes en la capital serbia.

La UEFA anunció la apertura de procedimientos disciplinarios contra las federaciones de fútbol de ambos países.

En el caso de Serbia se investigará la organización del encuentro, en el caso de Albania el despliegue de una bandera ilegal. La instancia disciplinaria de la UEFA se reunirá el 23 de octubre.

Los incidentes que desataron el caos se produjeron en el minuto 41 del encuentro del martes, cuando un dron cruzó el estadio del Partizan de Belgrado con una bandera que rezaba “Gran Albania”, un proyecto nacionalista que aspira a juntar las comunidades albanesas de los Balcanes en un mismo Estado.

El partido, que se jugó ocho días antes de la visita a Belgrado del primer ministro albanés, Edi Rama, la primera en 68 años, degeneró en un escándalo político-deportivo que no sólo amenaza con anular esa visita, sino que también reaviva las tensiones étnicas.

La bandera de la “Gran Albania” provocó una explosión de descontento entre los espectadores serbios, que consideraron el incidente como una provocación.

Algunos lanzaron bombas de humo y otros proyectiles al campo en este partido en el que los seguidores albaneses no pudieron acudir al estadio por decisión de la federación de fútbol serbia.

Los jugadores albaneses tuvieron que retirarse de la cancha en medio de los golpes y lanzamiento de objetos de los enfurecidos hinchas.

Las autoridades sospechan que Olsi Rama, el hermano del primer ministro albanés, organizó el incidente y pilotó el dron desde su asiento en un palco del estadio.

Rama, que regresó a Tirana durante la noche con la delegación albanesa, aseguró, sin embargo, “no tener nada que ver con el dron”.

La policía serbia sólo quiso confirmar que estaba llevando a cabo una investigación.

“La intención evidente de los responsables de este incidente era provocar disturbios en Serbia y desestabilizar toda la región” afirmó el presidente serbio, Tomislav Nikolic.

“La visita de Rama estaba prevista en Belgrado como un signo de normalización, pero después de este atentado contra la construcción de relaciones amistosas entre Serbia y Albania está claro que ésta última necesitará décadas, por no decir siglos, para convertirse en un Estado normal sin odio hacia los serbios” añadió.

El comunicado no aclara si la invitación a Rama sigue en pie.

La Unión Europea declaró su “decepción” por la interrupción del partido por un “acto de provocación”.

La Federación de fútbol serbia (FSS) condenó, por su parte, “una provocación planificada” que “representa una ofensa no solo para los ciudadanos serbios, sino también para los de Grecia, Macedonia y Montenegro”, países cuyos territorios se verían afectados por una “Gran Albania”.

Los seguidores en el corazón de la violencia

Joseph Blatter, presidente de la FIFA, y Michel Platini, presidente de la UEFA, condenaron los incidentes.

Platini se expresó en la cuenta de Twitter de Pedro Pinto, su jefe de prensa: “Se supone que el fútbol debe reunir a la gente y nuestro juego no debe verse envuelto en ninguna forma de política. Las escenas en Belgrado son imperdonables”.

En el pasado, el desmantelamiento de la antigua Yugoslavia empezó con terribles enfrentamientos entre seguidores del Dinamo de Zagreb (Croacia) y del Estrella Roja de Belgrado durante un partido de fútbol celebrado en la capital croata.

Las discrepancias entre serbios y albaneses son históricas.

Kosovo, una antigua provincia serbia de mayoría albanesa, proclamó en 2008 su independencia de forma unilateral, una decisión apoyada por Estados Unidos y la mayoría de los países de la Unión Europea.

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