Imitando el paso de los argentinos cabizbajos, por la dura derrota en la final del Maracaná, seis jugadores de la selección germana cantaron: “Así caminan los gauchos, los gauchos caminan así”.
Luego, tomaron una postura corporal recta y orgullosa, y continuaron: “Así caminan los alemanes, los alemanes caminan así”.
Los futbolistas repitieron la secuencia varias veces, desatando los aplausos del público, en un país donde cualquier gesto de orgullo nacional sigue siendo un tema que genera polémica.
Delante de centenas de miles de hinchas, y de millones de telespectadores, durante los festejos en la Puerta de Brandeburgo el martes, esa escena fue repetida por Mario Götze, autor del tanto que dio el cuarto título mundial a la Mannschaft, Miroslav Klose, Toni Kroos, André Schürrle, Shkodran Mustafi y Roman Weidenfeller.
“La danza de los gauchos fue de mal gusto (…) De repente, la modestia alemana desapareció en el triunfo”, escribió el diario berlinés Tagesspiegel. “Su alegría no les alcanza, ellos obtienen solamente un placer completo viendo sufrir un poco a los tristes vencidos (…). Ellos no tenían mala intención, es cierto, pero han demostrado que en el fútbol no hay sólo cretinos, sino también ‘megacretinos’”, agregó el periódico capitalino.
“La fiesta de la Puerta de Brandeburgo se transformó en un gigantesco gol en contra. Con una mala burla (…) los campeones mundiales alemanes empañan la imagen de una nación abierta y tolerante”, criticó el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Fue “sin respeto”, juzgó por su lado el Tageszeitung.
El tema desató un amplio debate en las redes sociales. Una parte de los alemanes defendieron la broma sin mala intención de los jugadores y denunciaron una forma de autoflagelación típicamente germana, al tiempo que otros internautas expresaron su ·decepción y verguenza” por ese festejo provocador contra los albicelestes.
El diario Die Welt intentó equilibrar el análisis. “Es verdad que no fue una escena muy elegante. Pero tampoco hay que exagerar”, puntualizó.
El presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Wolfgang Niersbach, también habló de la polémica.
“Lo sentimos si algunos lo han entendido mal”, dijo en un comunicado, donde apuntó que quería escribir una carta a su homólogo argentino, Julio Grondona, para “dejar claro que no había ánimo irreverente”. “Tenemos el máximo respecto por Argentina”, señaló.
El defensa alemán Shkodran Mustafi juzgó las acusaciones como “ridículas”.
“Sólo queríamos festejar. Para nosotros era únicamente un cántico y no queríamos reírnos de nadie”, afirmó a la radio alemana Hessischer Rundfunk.