En un terreno repleto de basura y cargado de un hedor a orina en las afueras de Accra, un equipo de ghaneses amputados se entrenan con sus muletas metálicas para su mundial de fútbol que se celebrará en noviembre en México.
Los “Black Challenge” tienen dificultades para conseguir patrocinadores y todavía les queda mucho para conseguir el presupuesto necesario para participar en la competición, pero los ánimos no decaen.
“No nos queda mucho tiempo así que tenemos que entrenar”, asegura Benjamin Armah, uno de los entrenadores del equipo.
El equipo se creó en 2007 y ganaron la primera Copa de las Naciones de África de fútbol de amputados celebrada ese año, explica Theodore Viwotor, responsable administrativo de la federación ghanesa de este deporte.
En el mundial que se celebró en Rusia en 2012 quedaron sextos tras ser eliminados por Argentina, y en la última competición africana celebrada en Nairobi, los ghaneses perdieron en semifinales ante Liberia.
Las reglas del juego están adaptadas a estos jugadores que tienen una de las extremidades amputadas.
En los partidos internacionales juegan siete contra siete en dos tiempos de 25 minutos con muletas de metal, que ayudan a los jugadores a desplazarse y se apoyan en ellas para chutar el balón con la pierna.
Los jugadores deben tener las dos manos y una pierna y los porteros, dos piernas y una mano. No hay fuera de juego y cuando sale del terreno, el balón se saca con el pie en lugar de con las manos.
Los jugadores de fútbol para discapacitados procedentes de Angola y Sierra Leona generalmente han perdido un miembro durante los sangrientos conflictos que han devastado sus países, principalmente por minas antipersonas. Sin embargo el origen de la discapacidad de los jugadores de Ghana suele ser enfermedades o accidentes.
“Sabía que todavía podía jugar, porque antes ya jugaba al fútbol”, explica el delantero Mubarak Ademu, que perdió la pierna en un accidente de coche a los seis años.
Los Black Challenge dicen que les preocupa más el dinero que todavía les queda por recaudar para el Mundial de México que su preparación física.
Para ir a México los ghaneses necesitan reunir 200.000 dólares y por ahora solo tienen el 10% del dinero donado por patrocinadores privados.
Por ahora el equipo se entrena en un terreno que también hace las veces de parking y es donde se vacían los WC de la barriada más cercana.
A unos cientos de metros se alza el gran campo de fútbol en el que se entrena la selección nacional de fútbol, los Black Stars. (“Estrellas negras”)
En Ghana los ayuntamientos tienen que dedicar una pequeña parte de sus presupuestos a las personas con discapacidad, pero la burocracia para acceder a esta ayuda es tal que muchas asociaciones desisten.