“El Villarreal clausurará para ese encuentro la zona donde se produjo el incidente de un aficionado con Dani Alves el pasado 27 de abril y con ese gesto enviará un mensaje rotundo en contra del racismo y la xenofobia, dejando muy clara una vez más la postura del club sobre este tipo de sucesos”, afirmó este viernes el ‘submarino amarillo’ en un comunicado oficial.
El presidente del club, Fernando Roig, comunicó esta decisión al presidente del Consejo Superior de Deportes español, Miguel Cardenal, durante una reunión, según la misma fuente.
“Roig confirmó que en la zona afectada se colocará una gran pancarta con el lema ‘No Al Racismo’ y de esta forma el Villarreal seguirá la metodología que emplea la UEFA en los últimos meses, que sanciona incidentes similares, clausurando espacios en las gradas de los estadios”, añadió el Villarreal.
Los socios afectados por este cierre parcial serán reubicados en otros lugares del estadio, según la misma fuente.
“El Villarreal es desde siempre un club que transmite valores, que desarrolla, como todo el mundo sabe, una política de cantera ejemplar donde reúne a jóvenes de todas las nacionalidades y no vamos a permitir que este tipo de polémicas dañen a una entidad asentada y con crédito en el fútbol internacional”, añadió el presidente del ‘submarino amarillo’.
“Si en algún momento, insisto, lo que ocurrió en su día ha molestado a la sociedad, pido disculpas de nuevo en nombre del Villarreal”, dijo Roig, cuyo club fue multado con 18.000 euros por el Comité de Competición, el órgano disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol, y la Comisión Antiviolencia española, por el incidente con Alves.
Además, la Comisión, dependiente del ministerio del Interior español, prohibió “el acceso a recintos deportivos por un periodo de dos años al espectador que lanzó” el plátano.
El lateral del Barcelona Dani Alves se disponía a sacar un córner en el partido de Liga contra el Villarreal, que ganaron los azulgrana 3-2 el pasado 27 de abril, cuando cerca de él cayó un plátano al césped del Madrigal.
Sin inmutarse, el jugador recogió la fruta, la peló y le dio un mordisco antes de continuar con el juego.
Tras el encuentro liguero, el internacional brasileño aseguró: “Llevo once años en España y once años sufriendo la misma cosa. Al final, ya me lo tomo con humor”.
La acción levantó una ola de protestas, a la que se unió incluso la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.