El estadounidense ciego Peter Crowley dejó de lado su discapacidad e inició este viernes el primer cruce en kayak desde Cuba a Estados para demostrar que la voluntad supera cualquier impedimento y acercar a dos países distanciados por causas políticas.
“Gracias a todos por venir”, dijo Crowley, de 56 años, al despedirse antes de subir a su kayak de color rojo en un canal del Club Náutico Hemingway de La Habana y emprender el cruce del Estrecho de Florida a las 12H35 locales (16H35 GMT), mientras en el muelle ondeaban una bandera cubana junto a una estadounidense.
Delante de Crowley, en un kayak de color azul, lo acompañaba remando su hijo Peter, de 23 años, quien le sirve de guía, y más atrás el catamarán ‘Sunluver’, para cubrir los 150 km de este Estrecho plagado de tiburones entre Cuba y Cayo Hueso, en el extremo sur de Florida (sureste de EEUU).
“Levántate e inténtalo” es el lema personal de este deportista, que es empleado del gobierno estadounidense, quien espera llegar a Cayo Hueso en unas 24 horas, aunque prometió que si demora más, igual persistiría en su intento.
“Esto significa mucho para mí”, declaró este residente de Nueva York, casado y padre de tres hijos, quien tiene apenas el 7% de visión por haber nacido con “atrofia óptica”, una malformación que impidió que se desarrollara adecuadamente el nervio óptico, según explicó a la prensa antes de emprender la travesía.
Apoyado en un bastón, Crowley caminó por el muelle hasta subirse al catamarán, donde se cambió sus zapatos deportivos y se colocó un sombrero y un chaleco salvavidas inflable, antes de montarse en su kayak.
Aunque éste es el mayor reto deportivo de Crowley, no es su primera hazaña en kayak: en 1999 navegó más de 200 km por el río Hudson, desde Albany hasta la ciudad de Nueva York; y en 2003 cruzó el Canal de la Mancha desde Gran Bretaña a Francia, convirtiéndose en el primer ciego en hacerlo.
El comodoro del Club Náutico Hemingway, Miguel Angel Díaz Escrich, quien lo despidió en el muelle, dijo que éste es el primer intento de cruzar este Estrecho en kayak.
El intento de cruzar el Estrecho de Florida, nadando o remando, ha sido en los últimos años una meta de muchos deportistas, principalmente estadounidenses, que buscan una marca personal y promover la amistad entre Estados Unidos y Cuba, que carecen de relaciones diplomáticas y están enfrentados por causas políticas desde hace más de 50 años.