Libia volvió a acoger este viernes un partido internacional de fútbol, dos años después del conflicto que hizo que la Confederación Africana (CAF) impusiera un veto, que levantó hasta finales de marzo, lo que permitió la disputa de un partido entre clubes.
El Al Nasr Benghazi local empató 1-1 con el FAR Rabat marroquí y quedó eliminado en la Copa de la CAF. El conjunto libio había tenido que jugar anteriormente como local en el vecino Túnez.
La propia CAF anunció a finales del pasado mes que había decidido “levantar la prohibición impuesta a la organización de partidos en casa de todos los equipos libios que participan en las competiciones de la CAF en territorio libio”.
Antes, inspectores del organismo africano habían visitado el país para ver si reunían las condiciones de seguridad.
Libia tiene como objetivo organizar la Copa de África de Naciones de 2017 (CAN 2017), como símbolo de la normalización de la vida en el país.
El país norteafricano había sido inicialmente elegido como sede de la CAN 2013, pero intercambió la sede con Sudáfrica, que era la prevista al principio para 2017. El motivo fue el estallido del conflicto armado de 2011 que derribó el régimen de Muamar Gadafi.