Miguel Sarria: “Decidí dejar todo por un sueño”

Peleador peruano abandonó el periodismo para dedicarse al kickboxing y ahora ostenta dos títulos mundiales.

El sábado pasado, el peruano Miguel Sarria, 34 años, ganó el título mundial de kickboxing en la categoría welter ligero (65 k) ante el mexicano Francisco Díaz. El año pasado ya había ganado su primer campeonato mundial en peso superwelter (67 k).

Periodista de profesión, Sarria cree que este es el mejor momento del kickboxing en nuestro país.

¿Por qué no figuraba el kickboxing en el Perú en años anteriores? El kickboxing está resucitando. Siempre ha habido buenos peleadores, pero la Federación estuvo en malas manos durante casi 20 años y no se hizo nada. Pero logramos recuperarla y ahora tenemos el aval del Consejo Mundial de Kickboxing; eso nos permite tener títulos.

¿Cómo comenzaste? Por mi cuenta, primero peleando en eventos privados, no oficiales. Luego me fui a pelear a Uruguay, Argentina y Chile, y así fui avanzando en el ranking.

Pero hasta ese momento trabajabas como periodista. Claro, trabajaba en la sección Policiales de Perú21. Hasta que en el año 2010 se me dio la oportunidad de pelear por el título sudamericano profesional del CMK ante el argentino Pablo Sasseta, a quien vencí por decisión unánime en el Perú. Con esa corona, tenía una remota opción de lograr el título mundial.

Y en ese momento decidiste dedicarte a esto. Así es. Ser periodista y peleador era muy sacrificado. Tuve que dejar Perú21. Si quería el título mundial, tenía que dedicarme de lleno al kickboxing.

Hay un estigma de excesiva violencia en el kickboxing… Hay gente que piensa que es un deporte de salvajes, pero no es así. Este es un deporte de caballeros, reglamentado como el boxeo. En el Perú hay muchos aficionados. A diferencia del MMA (Artes marciales mixtas) y el muay thai, el kickboxing es una pelea más franca. Se califican solo los golpes. ¿Fue muy dura la pelea con el ‘Terrible’ Díaz? Sí, me costó bastante. Además tenía una luxación en el dedo medio del pie derecho, pero a veces uno tiene que pelear así.

Siempre le dedicas tus títulos a tu hijo. Él es mi inspiración. Cuando dejé todo fue porque quería que él aprendiera que los sueños se cumplen si uno lucha por ellos. Tenía un trabajo fijo. Me habían subido el sueldo dos veces ese año, y me iba bien en Perú21. Pero decidí dejar el periodismo para ir en busca de lo que amaba. Podía ser periodista toda mi vida, pero peleador solo unos años más.

¿Cuál es el siguiente paso? El 1 de junio debo defender mi título welter ligero en México ante un rival por definir. Tengo que prepararme en altura, quizá me vaya a Puno.

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