El precio de la victoria. El fotógrafo Howard Schatz capturó el antes y el después de un boxeador cuando debe subirse al rin. La violencia a la que es sometida el rostro del deportista se refleja en los varios cortes e inflamaciones que desfiguran la cara.
Schatz era oftalmólogo antes de dedicarse a la fotografía. En el transcurso de su carrera, se dedicó a varias temáticas como el embarazo y la vida marina. El amor por el box llegó de casualidad con el tiempo.
“Me di cuenta de que ningún deportista es como el boxeador. Su valor en pelear hasta dejar en estado de coma al rival requiere de un coraje realmente impresionante para mí”, declaró Schatz, según la página Daily Mail.