Kenyi Coba
En sus **89 años **de historia, sus pabellones son testigos silenciosos de múltiples historias, las cuales, en muchos casos, tienen un desenlace feliz.
El Hospital del Niño fue inaugurado el 1 de noviembre de 1929 y desde la fecha, se ha convertido en un referente de la salud infantil.
Todo comenzó cuando un grupo de notables mujeres limeñas de la época solicitaron al presidente de ese entonces, Augusto B. Leguía, un centro especializado en atención de menores. El mandatario aceptó el pedido y tras varias gestiones consiguió la forma de obtener recursos económicos para la edificación.
Es así que decidió cobrar un **impuesto **a las bebidas alcohólicas, medida que fue aceptada por la ciudadanía, pues sabían que la obra iba a ser de beneficio para ellos, pero sobre todo para sus pequeños.
Enfermedades como **polio, cólera, gripe AH1N1, tosferina o VIH** han sido atendidas con esmero por los especialistas.
Pero también han resuelto casos extremos como la separación de siamesas, extracción de un fierro en el ojo de un niño, así como miles de operaciones que han quedado registradas en los archivos del hospital.
En la actualidad, cuando algún menor sufre una quemadura es derivado al** Hospital del Niño**, que cuenta con un pabellón exclusivo para la atención de estos casos.
Los voluntarios **también juegan un papel importante en este hospital ubicado en **Breña. Ellos son los encargados de darles momentos de entretenimiento y educación a los pacientes.
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