Sao Paulo. (Brasil). “El ultraderechista Jair Bolsonaro suprimirá el salario mínimo” o “el progresista Fernando Haddad afirma que los niños de cinco años pasarán a ser propiedad del Estado”, son algunas de las noticias falsas que se han propagado en la recta final de la campaña y que amenazan las elecciones del domingo en Brasil.
Las denominadas “fake news” sobre propuestas o declaraciones inverosímiles de los candidatos a la Presidencia de Brasil se multiplican y el riesgo de la desinformación aumenta a 48 horas de los comicios, los más inciertos del país en décadas.
Finalizado el tiempo de propaganda gratuita en radio y televisión, algunos aspirantes se afanan ahora en abrir otras vías de comunicación para combatir este fenómeno del que no se sabe a ciencia cierta el efecto que tendrá sobre los electores.
“A partir de ahora, la rumorología va correr a rienda suelta porque no va haber tiempo para desmentir. Ahora el juego sucio va a venir con mayor fuerza. No espero menos que un tsunami de rumores y noticias falsas en los próximos días”, dice Pablo Ortellado, profesor en la Universidad de Sao Paulo (USP) y coordinador del Monitor de Debate Político del Medio Digital.
Haddad, sucesor del expresidente preso por corrupción Luiz Inácio Lula da Silva como candidato del Partido de los Trabajadores (PT), ha habilitado un número de Whatsapp, bautizado como “Zap de Lula”, para denunciar y combatir los rumores que giran en torno a ellos.
La cifra asusta, 5.000 denuncias en las primeras doce horas desde que activaron el canal.
Entre ellas la falsa afirmación de que Haddad tiene pensado nacionalizar medios de comunicación de corte religioso o la imagen manipulada en la que aparece su compañera de fórmula, Manuela D’Ávila, con una camiseta con la frase: “Jesús es travesti”.
A D’Ávila también se le vinculó erróneamente con el autor de la puñalada a Bolsonaro en septiembre pasado, recibió amenazas por ello y tuvo que pedir escolta policial a las autoridades.
El “heredero” de Lula atribuyó este incremento de informaciones mentirosas a grupos de campaña a favor de Bolsonaro, quien con apenas ocho segundos de propaganda en TV ha conseguido movilizar a su militancia a través de las redes.
“El gravísimo problema es que la gran mayoría ha circulado por Whatsapp, una caja negra que ha sido el principal instrumento de campaña de las principales candidaturas, incluyendo, y en mayor medida, la de Bolsonaro, con una estructura que es una de las más complejas y eficientes”, explica Ariel Kogan, director del Instituto Tecnología y Equidad.
La prensa brasileña, con el apoyo de redes sociales como Twitter o Facebook, han venido desmintiendo a diario y de manera sistemática decenas de informaciones falsas que empezaban a viralizar en esas plataformas, pero en Whatsapp es imposible hacer un seguimiento.
Con la propaganda en medios tradicionales suspendida, “la forma en la que los candidatos van a moverse” estos últimos días “va a ser a través de formas disfrazadas, no oficiales, y ahí hay un riesgo creciente de ‘fake news’”, analiza Arthur Igreja, profesor del centro de estudios económicos Fundación Getulio Vargas (FGV).
De acuerdo con el Núcleo de Datos del Grupo Globo, el mayor grupo mediático de Brasil, desde el pasado fin de semana 35 publicaciones de contenido falso fueron compartidas 400.000 veces en Facebook y solo cuatro vídeos subidos a esa red social tuvieron al menos 2,7 millones de visualizaciones.
A ello se suma una estadística preocupante ya que tres de cada cuatro brasileños temen que las noticias falsas influyan en su voto, aunque el 60 % admitió realizar un proceso de verificación de lo que recibe, según un estudio divulgado esta semana.
“Una gran cantidad de las que circularon fueron buscadas en Google junto con la palabra ‘fake news’, lo que significa que existió durante todo este proceso de campaña una concienciación de la población probablemente mayor a la de otras campañas”, explica Kogan.
La asesoría de Google coincidió en ese punto y afirmó que el hecho de que los usuarios busquen más en el buscador puede indicar que “están preocupados” con lo que están leyendo y desean “verificar”.
El gigante tecnológico ha cerrado además un acuerdo de colaboración con el Tribunal Superior Electoral de Brasil, órgano responsable de los comicios, para ofrecer información de servicio a los votantes.
Sin embargo, el ambiente altamente polarizado entre Bolsonaro y Haddad supone un caldo de cultivo perfecto para la diseminación de noticias ficticias.
“Cuando la elección está polarizada, los dos bandos se vuelven muy apasionados y cuando uno está muy apasionado, la recepción crítica cae mucho y las personas aceptan los rumores porque están muy convencidas de lo que piensan”, sentencia Ortellado.
Fuente: EFE