Nadie sufrió más la repentina muerte de la princesa Diana que su hijo menor, el príncipe Harry, quien tenía 12 años cuando ocurrió el hecho.
Poco se ha hablado de lo que fueron para el Príncipe los primeros días después de su muerte y lo que pasó por su cabeza al conocer las causas del fatídico accidente.
La princesa Diana falleció el 31 de agosto de 1997, en un accidente automovilístico que tuvo lugar en el interior del Puente del Alma, localizado en la ciudad de París (Francia).
Harry reveló en 2017 durante una entrevista con Neewsweek, qué fue lo más difícil que tuvo que hacer luego de la muerte de su madre Lady Di.
‘Mi madre acababa de morir y tenía que caminar detrás de su ataúd, rodeado de miles de personas que me miraban y otros tantos millones que lo hacían por televisión. Creo que no se le debería pedir a un niño que haga eso, bajo ninguna circunstancia. No creo que vuelva a ocurrir hoy en día’, confesó el Duque de Sussex.
Harry tuvo que seguir el cruel protocolo de la realeza: caminar junto a su hermano William detrás del ataúd de Lady Di, algo que lo marcó para siempre.
Luego de esto, muchos comprendieron el por qué el príncipe tuvo una adolescencia llena de rebeldía.
Sin embargo, ahora el príncipe Harry está casado con Meghan Markle y vive uno de los momentos más felices de su vida. Si la princesa Diana viviera estaría muy orgullosa del hombre en el que se ha convertido su hijo menor.
Publimetro Chile
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