El último tiroteo que acaparó la atención de la prensa internacional fue el del 14 de febrero en una escuela de Florida. Ese día fallecieron 17 estudiantes y profesores, y otras 15 personas resultaron heridas, por los disparos hechos por un muchacho armado con un fusil AR-15, de 500 dólares.
Pero ese tiroteo no ha sido el último ocurrido en Estados Unidos este año. Según la plataforma web gunviolencearchive.org, que desde el 2013 monitorea y registra todo tipo de incidentes con armas de fuego en el país, el último tiroteo considerado ‘masivo’ ocurrió el domingo 4 de marzo en Rockford, Illinois. Una persona murió, y otras cuatro resultaron heridas.
Esta plataforma registra tiroteos clasificados como ‘masivos’ casi todos los días. Al miércoles 7 de marzo, 2.577 personas habían muerto solo en lo que va de este año, en 9.733 incidentes. Los menores de 18 años fallecidos eran 593.
Los estadounidenses, menos del 5% de la población mundial, poseen casi la mitad de las armas de propiedad civil en todo el planeta. El riesgo de morir por un balazo es 300 veces mayor para un estadounidense que para un japonés. De acuerdo a un estudio hecho por la Universidad de Alabama el 2017, casi un tercio de los tiroteos masivos a nivel mundial en el periodo 1966-2012 se dieron en Estados Unidos (90). Y la tendencia va al alza como puede verse en el cuadro comparativo publicado en esta página de los años 2014 y 2017.
Estados Unidos está experimentando una crisis de violencia por armas de fuego’, nos dice Hannah Shearer, una experta en Segunda Enmienda y en leyes de control de armas que trabaja como analista de casos para el Giffords Law Center de Estados Unidos.
Solución: ¿más control legal?
Una de las deudas del gobierno de Barack Obama fue no poder hacer más estrictas las leyes que regulan el acceso a las armas. La influencia de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en los congresistas republicanos, quienes controlan el Congreso desde el 2010, es tal que todos los proyectos de mayores controles promovidos desde la Casa Blanca resultaron bloqueados.
La NRA financió la campaña de Donald Trump. Fueron US$30 millones los que aportaron para que resultara elegido presidente. Pero el tiroteo de febrero en Florida gatilló un cambio no solo en algunas de las instituciones privadas involucradas con la venta de armas, sino hasta en el propio presidente.
Todo, en un país donde las armas forman parte del mito fundacional por la expansión hacia el Oeste, y donde la figura de John Wayne representa el ídolo americano. Trump comenzó a apoyar iniciativas que hacen relativamente más estricto el acceso a las armas, como el chequeo y la actualización obligada de antecedentes. La iniciativa cuenta con más del 90% de apoyo popular en el país.
‘A nivel estatal en EE.UU., hay una clara correlación entre las leyes fuertes y menores cifras de violencia con armas de fuego’, explica Shearer. Para ella, la evidencia demuestra que la falta de control legal es lo que está provocando que los tiroteos aumenten. Y esta es la única forma de reducir un problema que, hasta el momento, no ha hecho más que agravarse.
Por: Felipe Herrera A. (Metro World News)
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