El discurso del Papa Francisco, siempre convocante y comprensivo, tendrá un impacto significativo entre la feligresía que lo espera con mucha ilusión, pero también entre las personas que no se reconocen como católicas o se encuentran alejadas de la iglesia.
Así lo consideró el nuncio apostólico en el Perú, Nicola Girasoli, para quien la visita del Papa Francisco a nuestro país generará una revolución también entre los corazones alejados del culto católico.
‘La visión que tiene el Papa Francisco de la iglesia es la de una Iglesia con los brazos abiertos, de una Iglesia con las puertas abiertas, donde todos tienen un lugar. Su mensaje, sobre todo a los jóvenes que no están en la Iglesia, es ensuciarse las manos y no buscar quién es bueno y quién es malo. Eso solo lo hace Dios’, comentó.
En conversación con la agencia Andina, el prelado exhortó a la población a caminar con la gente, arriesgarse a ir con ella, ‘ni adelante, ni atrás’, sin juzgar, porque solo así las personas se sentirán queridas y que son parte de la Iglesia.
‘Hay procesos culturales de secularización en el mundo y de globalización entre los jóvenes y sobre todo entre la gente adulta, que los orientan a otros modelos de vida y valores. Lo más importante para el Papa Francisco es lograr que todos se sientan llamados a la iglesia. Creo que esta llamada ayudará a que mucha gente no se sienta al margen y vuelvan a la práctica religiosa’, dijo.
Bendecido de estar en el Perú
Nicola Girasoli, quien se encuentra abocado a los preparativos de la próxima llegada del Papa Francisco, dijo sentirse bendecido por su estadía en nuestro país.
‘He sido bendecido por el Señor. En mis 33 años de vida diplomática he vivido ya en los cinco continentes. Esas experiencias a uno lo vuelven más flexible en la manera de ver las cosas, de entender lo que ocurre. Al Papa Francisco no le gustan las personas rígidas, busca la flexibilidad lo cual no significa dejar de ser coherente con los evangelios’, comentó.
Sostuvo que tiene la esperanza, durante su permanencia en el país, de presentar una imagen de la Iglesia acorde a lo que propugna el Santo Padre, es decir cercana a la gente ‘que haga sentir ese amor de Jesús, a través de la humildad y el servicio. Lejos de una iglesia que busca juzgar’.
‘Yo llegué el 1 de agosto y el 2 de agosto en la Conferencia Episcopal me preguntaron cuál sería mi agenda y respondí quiero ser un campesino de Dios. Esa va a ser mi misión en el Perú y lo haré caminando con la gente, haciendo lo posible para que se sientan queridos por el Papa al que yo represento’, anotó finalmente.
Fuente Andina
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