Fuente: Mongabay Latam / Autor: Vanessa Romo
Tuvieron que pasar 32 horas para recuperar los cuerpos de las dos personas que fallecieron luego de que un tanque explotara en la estación 8 del Oleoducto Norperuano de PetroPerú, en la provincia cajamarquina de Jaén. Los trabajadores Alexander y Aldo Vásquez Valverde, de la empresa contratista Procin, desarrollaban labores de mantenimiento cuando fueron sorprendidos por la explosión la mañana del último miércoles. De acuerdo con los primeros resultados de la necropsia, a los que pudo acceder Mongabay Latam, los hermanos fallecieron por asfixia e ingesta de petróleo.
Según las investigaciones policiales realizadas por personal de la comisaría de Pucará, distrito donde se ubica la referida estación, los hermanos Vásquez Valverde trabajaban en las cámaras de espuma de uno de los tanques donde se almacenaba petróleo. En un primer comunicado emitido el miércoles, PetroPerú, empresa petrolera estatal, aseguró que el recipiente tenía una capacidad de 3000 metros cúbicos de crudo. Según la policía de Pucará, el tanque estaba casi al tope de esta capacidad cuando sucedió la explosión.
La policía señaló, además, que aunque los dos hombres contaban con implementos de seguridad, la explosión arrojó a los hermanos dentro del tanque. ‘Se ha tenido que bombear el petróleo del tanque para poder sacar los cuerpos’, señaló un agente de la comisaría de Pucará a Mongabay Latam.
El testimonio del único sobreviviente
Pero hay un testigo clave en este accidente. Harold Córdova Torres, quien se encontraba en una plataforma a tres metros del tanque, también trabajaba ese día en las labores de mantenimiento con los hermanos Vásquez Valverde. Cuando sucedió la explosión, Harold cayó al vacío y no dentro del tanque, lo que le permitió sobrevivir porque llevaba puesto un arnés.
Tras el accidente, una de las grandes incógnitas fue dónde fue trasladado Córdova para ser atendido. Ni el Ministerio de Salud ni la policía ni la Defensoría del Pueblo pudieron darnos su paradero. Solo Petroperú conocía esta información pero la mantuvo en reserva.
La petrolera estatal se limitó a señalar que el herido sufrió quemaduras de primer y segundo grado, y que había sido trasladado a Piura para ser atendido. En un segundo comunicado emitido el jueves por la noche, PetroPerú anunció que el herido se encontraba fuera de peligro y que se le estaba brindando el tratamiento necesario.
Harold Córdova se encuentra estable y es atendido en la Clínica Miraflores, en la ciudad de Piura. En una comunicación con Mongabay Latam, Córdova fue enfático: ‘Yo estoy aquí por un milagro’. Y luego agregó que las quemaduras que tiene en su rostro, brazos y piernas son una factura barata en comparación con lo que les pasó a sus compañeros. Sobre las causas del accidente, ni él ni la empresa lo tienen claro. ‘Me han dicho que aún no saben qué pasó para que se produjera la chispa que causó la explosión’, dijo.
Córdova Torres comentó que ellos aún no habían empezado a trabajar pero ya tenían todos los artículos de seguridad puestos. Él se encontraba en una plataforma ubicada tres metros sobre el tanque. ‘La explosión ha sido en la base del tanque. Vimos cómo salía una flama hacia un costado y hubo un par de explosiones, según los trabajadores que estaban en los alrededores. Yo no escuché nada. Solo sentí una onda que me lanzó hacia abajo’, contó.
Y luego narró cómo logró sobrevivir. ‘Me impulsé con las fuerzas que me quedaban y me agarré de una rejilla para subir’. Cuando Harold Córdova volteó a ver a sus compañeros, ya no estaban en la superficie. ‘Yo quise regresar a ayudarlos, pero el médico me detuvo, me dijo que estaba herido, que me había quemado. Ahí me desvanecí’, dijo Harold.
La explosión le ha causado problemas en el oído izquierdo y hoy está esperando los resultados de las investigaciones para evaluar si demanda a Procin o a PetroPerú.
La Defensoría del Pueblo era una de las más interesadas en conocer dónde está internado el herido para poder darle la asesoría necesaria a su familia. La coordinadora de esta entidad en Jaén, Genoveva Gómez, señaló que solo se han podido contactar con la familia de Aldo y Alexander Vásquez, y que le han ofrecido ayuda para mediar tanto con la empresa contratista Procin como con Petroperú.
‘Nosotros realizamos una intervención de oficio en cuanto conocimos del caso pero aún la información oficial es preliminar’, señaló Gómez a Mongabay Latam. Y agregó que la próxima semana también llegarán al lugar del incidente una comisión del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y un grupo de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil). Estos últimos investigarán si se infringieron las condiciones de trabajo adecuadas en el caso de los tres operadores. Mientras tanto, Osinergmin señaló que las operaciones han quedado suspendidas y que no habrá bombeo de petróleo en el tramo 2, al que pertenece la estación afectada. Además, todo el tramo está siendo inspeccionado para garantizar su seguridad.
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Una infraestructura insegura
Sin contar este incidente de consecuencias fatales, el OEFA ya había registrado en lo que va del año seis derrames de petróleo en el Oleoducto Norperuano. De acuerdo con Petroperú, dos de ellos fueron provocadas por terceros. La última ocurrencia sucedió el 8 de noviembre en la comunidad indígena de Chapis, en la provincia loretana del Datem del Marañón, en una parte del tubo que se encuentra bajo tierra. A un mes del hecho, aún no se ha iniciado la remediación del bosque afectado por desavenencias entre la población y Petroperú.
La adjunta para el Medio Ambiente, Servicios Públicos y Pueblos Indígenas de la Defensoría del Pueblo, Alicia Abanto, señaló a Mongabay Latam que es ‘lamentable’ que cada cierto tiempo se produzcan accidentes de gravedad como el ocurrido el miércoles último o como los derrames, lo que demostraría un problema serio en la infraestructura de la empresa petrolera estatal. ‘Esta situación es muy preocupante. Es necesario que el Ministerio de Energía y Minas pida cuentas a Petroperú y se haga una revisión de la gestión que desarrolla la empresa en cuestiones de seguridad de esta infraestructura’, señaló Abanto.
La especialista recordó que esta preocupación es atendida por una comisión del Congreso de la República encargada de investigar los derrames de petróleo ocurridos hasta el año pasado en el mencionado oleoducto. En efecto, el 2 de noviembre pasado el equipo investigador liderado por el parlamentario César Villanueva aprobó el informe final que espera ser discutido por el Pleno.
El documento de más de 400 páginas establece responsabilidades ‘técnicas, legales, políticas y hasta penales’, de acuerdo con el congresista Villanueva y serían pruebas suficientes para que el Ministerio Público abra investigaciones. El parlamentario señaló que se ha constatado una lamentable ineficiencia, inoperancia y falta de compromiso de entidades y organismo públicos en el caso de los derrames y la gestión del Oleoducto Norperuano. La Adjunta de la Defensoría del Pueblo añadió que es necesario que se debata este informe con celeridad para que se conozca a profundidad la situación de la empresa que recibe presupuesto estatal.
Uno de los más graves problemas de la infraestructura de Petroperú es que hasta la fecha y luego de más de 10 años de publicarse el Reglamento del Transporte de Hidrocarburos por Ductos, Petroperú no ha terminado de adecuar e implementar totalmente el sistema de integridad de ductos en el Oleoducto Norperuano, una obligación incluida en esta normativa.
De acuerdo con el reglamento aprobado mediante el Decreto Supremo 081-2007-EM, todos los operadores de ductos debían entregar un cronograma de adecuación y ejecución. Petroperú estableció que su oleoducto estaría listo como máximo el 31 de diciembre de 2014, pero no cumplió. En febrero de 2016, Osinergmin multó a la empresa estatal con 12 millones 640 mil soles, cerca de 4 millones de dólares, por no haber adecuado sus instalaciones y mantener la integridad del oleoducto.
Sin embargo, esta sanción no ponía fin al problema. Por eso en noviembre del año pasado, Osinergmin les dio una nueva oportunidad a las empresas que no han cumplido con adecuar sus ductos, entre ellos, Petroperú y el oleoducto. Este segundo cronograma fue aprobado a fines de abril de este año, pero no se conocen los nuevos plazos que PetroPerú ha pedido para terminar esta adecuación. Mongabay Latam solicitó está información a Osinergmin y a la empresa estatal pero al cierre de la edición no fue recibida.
Lo cierto es que desde que venció el primer plazo de adecuación hace tres años, Petroperú no ha terminado con este trabajo crucial para asegurar el correcto funcionamiento del oleoducto. Alicia Abanto de la Defensoría señaló que es necesario que se cumpla con este nuevo cronograma en el plazo más breve posible, porque esta falta de seguridad del ducto sería el principal problema de los derrames ocurridos en estos últimos años.
‘Hemos tenido una primera etapa que ha durado diez años y en ese tiempo las empresas como PetroPerú no han cumplido con algo tan básico como es la seguridad de sus operaciones. Nos parece inaudito que una actividad riesgosa no cuente con estas medidas aprobadas’, dijo Abanto. Mientras esto suceda, nada garantiza que más accidentes ocurran.
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