Según el ranking de Thomson Reuters Foundation publicado este lunes, Lima es la quinta megaciudad en el mundo ‘más peligrosa’ para las mujeres. Solos nos superan El Cairo (Egipto), Karachi (Pakistán), Kinshasa (Congo) y Delhi (India).
Para elaborar este ranking se evaluó el número de casos de violencia sexual, el acceso a la salud, las prácticas culturales y las oportunidades económicas.
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‘Es preocupante. Sobre todo porque la mayoría de las víctimas son adolescentes. Tenemos que lograr una cadena de esfuerzos con el Poder Judicial, la Fiscalía, el Ministerio de Educación para trabajar en la prevención’, declaró la ministra de la Mujer, Ana María Choquehuanca, a Canal N.
Para Liz Meléndez, directora del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, la inseguridad actual de Lima agrava también la situación de las mujeres.
‘Cuando una ciudad es insegura, suele ser más insegura para las mujeres, porque además de la delincuencia se ven expuestas a la violencia sexual y el acoso callejero. Hay un mayor temor de las mujeres por vivir el espacio público’, afirma Meléndez.
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Para solucionarlo, es necesario sancionar estos actos con más severidad, terminar con la impunidad de los agresores y trabajar en la prevención con el enfoque de igualdad de género a todos los niveles: escolar, laboral y familiar.
‘Hay un retroceso al intentar deslegitimar el enfoque de igualdad de género de las políticas públicas. Debemos mantenerlo y defenderlo para terminar con la violencia’, acota.
Por su parte, Sofía Carrillo, jefa de Políticas y Comunicación del Instituto Peruano de Paternidad Responsable (Inppares), recomienda plantear distintas líneas de acción: educación, salud y políticas públicas para garantizar que las mujeres vivan libres de violencia. ‘Tenemos que, entre otros muchos temas, garantizar el acceso a los servicios de salud sexual y salud reproductiva, especialmente a los adolescentes’, recomienda Carrillo.
La consecuencia de no contar con esta política es que en los últimos veinte años no ha disminuido de manera significativa el embarazo adolescente. Solo el 2015, el Reniec registró 1.538 partos de menores entre 11 y 14 años de edad.
‘Somos una sociedad machista, sexista y discriminadora que coloca a las mujeres en una situación de vulnerabilidad, debido a que el sistema no es lo suficientemente efectivo para garantizar sus derechos. Esto tiene que cambiar’, finaliza Carrillo.
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