Conoce al cosmonauta ruso que puso en órbita al primer nanosatélite peruano

“El Perú para mi es como otro planeta”, dijo el cosmonauta Oleg Artemiev.

Las manos del cosmonauta ruso Oleg Artemiev hicieron posible, el 18 de agosto del año 2014, un sueño largamente acariciado por los científicos peruanos: poner en órbita el Chasqui 1, el primer nanosatélite de fabricación peruana en el espacio y 27 meses después él se encuentra en el país para contar sus experiencias.

Artemyev estuvo este miércoles ante un grupo de estudiantes de la UNI y de los medios de prensa, en una conferencia en la que se declaró “feliz y“afortunado” de haber participado de ese momento histórico para el Perú pero que le llegó de casualidad, pues no estaba en sus planes.

Celebró que el proyecto peruano en el que participó casi sin proponérselo, haya tenido un resultado positivo, porque no todos los experimentos cósmicos llegan a buen fin.

En este encuentro con los estudiantes y los periodistas, el cosmonauta contó que en una de las dos caminatas espaciales que realizó durante su carrera, tuvo oportunidad de lanzar manualmente el Chasqui y no como hacen los astronautas norteamericanos con cohetes, robots o lanzadores especiales, lo que representó un significativo ahorro de dinero para la misión.

Durante su exposición mostró videos y fotos de la rigurosa preparación que los cosmonautas reciben para estar aptos y salir al espacio. También proporcionó imágenes de cómo pasan sus días en la Estación Espacial Internacional, de lo difícil que es pasar seis meses viviendo en ese lugar y como, al retornar, tienen que someterse a un periodo de readaptación a la gravedad de la Tierra.

En una de esas imágenes se le aprecia abrazando una sandía. “A mi regreso pedí carne asada y una sandía pero solo pude abrazarlas porque no me permitieron comerlas, tenemos que pasar un tiempo corto de readaptación”, señaló.

A la agencia Andina le comentó que antes de haber sido el afortunado cosmonauta que puso en órbita el Chasqui 1, conocía del Perú a través de los libros que leyó de niño, de su pasado inca, de su cultura.

“Jamás pensé que tendría oportunidad de llegar al Perú que es para mi como otro planeta”, dijo y agregó que ahora su sueño es que su hijo de seis años conozca este país, aunque consideró que el pequeño no seguiría sus pasos sino que más bien le interesaría más la paleontología, porque se muestra fascinado por los dinosaurios.

Uno de los momento hilarantes y divertidos de la conferencia sucedió cuando uno de los asistentes le preguntó si en uno de sus tantos viajes al espacio había tenido se había topado con platillos voladores o seres de otros planetas.

“Creo que si algún cosmonauta dijera eso, seguramente los psicólogos del programa espacial lo retirarían”, dijo en tono de broma agregó que siempre tiene a la mano una videocámara y una cámara fotográfica para preservar ese anhelado momento.

Una idea que le ronda la cabeza es que algún día la papa peruana y el maíz gigante del Urubamba lleguen a la estación Espacial Internacional. Es consciente de que para concretar la iniciativa es necesario pasar por muchos procedimientos y lograr mucha autorizaciones y que tal vez sea necesario un convenio entre gobiernos.

“Tengo la esperanza de que esto se logre; no sé si seré yo u otra persona quien lo haga pero seré muy feliz de que la papa y el maíz gigante del Perú crezca en la estación espacial internacional”, anotó.

El nanosatélite Chasqui fue el producto de más de seis años de trabajo de 70 peruanos, entre profesores y estudiantes de la UNI. Este fue probado por especialistas de la Universidad Estatal del Sur Oeste de Rusia.

El 5 de febrero del 2014 fue llevado por la nave Progress M22M desde el cosmódromo de Baikonur hacia la Estación Espacial Internacional y desde allí puesto en órbita en agosto de ese año.

*Andina *

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