Michelle Obama tomó el escenario este jueves junto a su “amiga” Hillary Clinton para proyectar una imagen de hermandad femenina y unidad del bando demócrata a menos de dos semanas de la elección presidencial que su rival Donald Trump, detrás en los sondeos, ironizó con cancelar.
Reunidas por primera vez en la campaña, las dos primeras damas la actual y la ex se abrazaron calurosamente en la tarima de un mitin en Winston-Salem, en el estado sureño de Carolina del Norte, pieza crucial del rompecabezas electoral del 8 de noviembre.
“¿Existe alguien que sea una mayor fuente de inspiración que Michelle Obama?”, preguntó Clinton, llamando al auditorio a votar, en lo posible anticipadamente.
Incluso más popular que su marido, Michelle Obama elogió luego a la exsecretaria de Estado, de quien valoró que tiene “más experiencia que cualquier candidato en nuestras vidas, más que Barack, más que Bill”.
“Ella está lista para ser comandante en jefe desde el primer día, y sí, sucede que es una mujer”, dijo Obama, ante unas 11.000 personas, el segundo acto más concurrido de la campaña de Clinton.
La primera dama llamó a los estadounidenses a rechazar un candidato “que nos pide que nos volquemos unos contra otros, construyamos muros y tengamos miedo”, y votar por Clinton, la “fuerza unificadora”.
De su lado Clinton, que se presenta como la sucesora de Obama, dijo que en las urnas “está en juego todo el progreso logrado” por el presidente demócrata y su “increíble primera dama”.
El encuentro reflejó una evolución en la relación de ambas mujeres, exrivales en las tensas primarias demócratas de 2008, que enfrentaron a Barack Obama y Hillary Clinton.
“Sí, Hillary Clinton es mi amiga”, señaló Michelle Obama, convertida en las últimas semanas en una contundente voz a favor de la aspirante demócrata.
Las dos mujeres, ambas nacidas en Chicago, vieron servido en bandeja de plata, por Trump, un tema en común: la defensa de las mujeres, en el marco de las declaraciones misóginas y degradantes del republicano recogidas en un video de 2005 que fue difundido por la cadena NBC hace tres semanas.
La difusión del video sigue provocando la ira del magnate, quien se reserva acciones legales contra NBC después de la elección. “Era un camerino privado, eso fue ilegal”, declaró a la cadena Fox News el jueves.