Luis Omar Sánchez es un joven ciego que lleva tres años trabajando en el negocio del masaje a dellivery. Sánchez nunca había tenido ningún problema hasta hace unos días.
Luis Omar Sánchez se encontraba en su centro de trabajo, en un puesto ubicado en la galería montero en Surquillo, cuando recibió la llegada de un cliente. El hombre se presentó muy amabla e indicó que necesitaba servicios de masajes para su madre, quien estaba muy enferma.
Luis era el único hombre en ese turno, así que no dudó en tomar el pedido. El joven caminó junto al hombre dos cuadras hasta que llegó a una especie de parque, según sospecha Luis, donde el hombre lo sentó y le explicó que vivía dentro de una empresa por lo que necesitaba identificarse antes de entrar.
“Me preguntó si tenía mi dni, le dije que sím, lo saqué y se lo di. Me dijo que lo espere un momento, que iba a ingresar mis datos” cuenta Luis.
Al cabo de unos minutos, el hombre regresó al parque y empezó a caminar con Luis hacia la casa, supuestamente. Sin embargo, luego de unos minutos, lo abandonó a su suerte.
“Traté de llamar a la encargada y me di cuenta que no tenía mis cosas” narra Luis.
El invidente masajista tuvo que pedir ayuda a los peatones para regresar a su centro de trabajo.
“Se burlaron de mi. La persona que ha hecho eso es una persona muy mala” dice Luis.
Luis ha perdido 200 soles y un moderno celular que tenía un software especial que lo dejaba trabajar, a pesar de su discapacidad. El joven apela al arrepentimiento y espera recuperar sus pertenencias pues con eso trabaja.