Dos peruanos que estudian en Francia narraron los momentos dramáticos que vivieron al presenciar el atentado del camión que arrolló a más de 80 personas en Niza y dijeron que si bien su primera reacción fue cubrirse el rostro para no ver más, de inmediato colaboraron con bomberos y enfermeros para ayudar a salvar vidas.
“Estaba frente a la playa cuando escuché gritos, cenábamos con unos amigos en un edificio cercano a la costa”, dijo Andrés Farfán, joven peruano que acaba de concluir su carrera de Información y Comunicación en la Universidad de Niza-Sophia Antipolis.
Comentó que él y sus amigos se alarmaron por los gritos y pudieron ver cuando pasaba el camión blanco que arrolló por dos kilómetros a los peatones que terminaban de admirar los fuegos artificiales por el Día de la Independencia en Francia.
“No podía ver más. Con los que estábamos en la cena estuvimos varias horas comunicándonos con todas las personas que conocemos aquí para asegurarnos de que estaban bien. Estábamos impresionados. Todos lloramos un poco en un momento”, dijo a la Agencia Andina.
Su familia en Perú fue lo primero en lo que pensó tras la tragedia. No podía esperar a que se enterara por los medios y se preocupara de su seguridad. “Les previne antes de que saliera en las noticias para que no se asustaran. Somos pocos peruanos aquí. Los que conozco algunos están de vacaciones y los que seguimos en Niza estamos bien”, señaló.
La Cancillería informó anoche que no se ha reportado peruanos afectados hasta el momento.
Andrés se quedó toda la noche en el edificio por medidas de seguridad, y recién a las 6 de la mañana de hoy regresó a su casa. “Tengo un amigo peruano de la Universidad Nacional de Ingeniería (UN) que está aquí gracias a Pronabec, él también está bien”.
Dolor compartido
Andrés se refería a Joel Fernández, un joven estudiante de Ingeniería Eléctrica de la UNI que también lleva su formación académica en la Universidad de Niza-Sophia Antipolis.
Joel contó que, al oír gritos, le invadió la incertidumbre y, en lugar de alejarse, corrió hacia el lugar de donde provenían. “Estuve cerca del incidente y, como mucha gente, no dudé ningún momento en cooperar con bomberos y enfermeros para salvar por lo menos una vida”, refirió a Andina.
“En este tipo de desgracias siempre los rescatistas llegan poco después y por eso mi intención fue ayudar en lo posible”, añadió.
“Cuando llegué, el panorama era desgarrador, habían cuerpos dispersados por toda la Promenade des anglais y las personas se desesperaban al verlos. La gente es muy sensible. Así que lo primero que hicimos fue cubrir los cuerpos con sábanas y periódicos”, agregó.
Una discoteca local muy reconocida se convirtió en una suerte de centro médico ambulatorio.
La noche no terminaba y los bomberos en helicópteros trajeron material de auxilio médico medicamentos,balones de oxígeno, camillas y desfibriladores, entre otros que se requería para atender a los heridos no tan graves. Joel cargó con las cajas junto con peatones de la zona que ayudaron tras la tragedia.
En horas de la mañana de hoy, Andrés y Joel acompañan a los ciudadanos que están dejando ramos de rosas sobre la “Promenade des anglais “ para presentar sus condolencias a las familias de los fallecidos.