Durante sus cuatro meses de vida Leopold Wilbur Reppond, fue incapaz de ver correctamente debido a un trastorno poco común llamado albinismo oculocutáneo.
Además de afectar el color del cabello y piel de una persona también lo hace con la vista, por lo que Leo “veía con sus manos”. Para identificar a sus padres tocaba sus caras.
Todo eso cambió cuando David y Erin Reppond, consiguieron un par de gafas especiales para el pequeño.
Cuando por fin Leo tuvo la oportunidad de ver y darse cuenta que algo había cambiado, le dedicó una sonrisa a su madre, a quien veía por primera vez.
‘Hola cariño’, se escucha decir a la madre, al mismo tiempo que el pequeño Leo le sonríe.
‘Tuve algunos problemas para sujetar la cámara porque yo estaba llorando”, aseguró David Wilbur, el padre, al diario Mail Online. “No se puede anticipar cómo se va a sentir cuando algo así sucede. Fue muy alentador”, agregó.