El presidente estadounidense, Barack Obama , defendió ayer en La Habana, ante la plana mayor del gobierno cubano, las ventajas de la democracia y le pidió al mandatario Raúl Castro, presente en el discurso, que ‘no tema las críticas en su país ni la capacidad de los ciudadanos para elegir a sus líderes’.
‘Vine aquí a dejar atrás los últimos vestigios de la Guerra Fría. Vine aquí extendiendo la mano de la amistad al pueblo cubano’, afirmó en su tercer y último día de visita a La Habana.
Tras su discurso, Obama se trasladó a la embajada estadounidense en La Habana, donde se reunió con un grupo de trece opositores.
‘Quiero agradecer a todos los que han venido aquí. A menudo, se requiere mucha valentía para hacer activismo en Cuba’, dijo Obama . ‘Este es un tema en el que seguimos teniendo muchas diferencias con el gobierno de Cuba’, añadió.
A la cita, que se extendió por poco más de una hora, acudieron entre otros Berta Soler, del colectivo Damas de Blanco (movimiento de esposas y familiares de presos cubanos); Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, y la periodista opositora Yoani Sánchez.
Para terminar la histórica visita, Obama y familia -su esposa Michelle, sus hijas Malia y Sasha, y su suegra, Marian Robinson- junto a Castro asistieron a un partido de béisbol entre la selección de Cuba y los Tampa Bay Rays de Florida (EE.UU.).
Por la noche, la familia Obama viajó a Argentina, donde se quedarán hasta mañana. En esta visita, el presidente estadounidense se reunirá con su par argentino, Mauricio Macri.