Un tribunal turco condenó el viernes a cuatro años de cárcel a dos traficantes de personas por el naufragio de un barco de migrantes en el que murió Aylan.
Este niño sirio de apenas 3 años se convirtió en el símbolo de la tragedia de los refugiados.
La imagen de su cadáver en las costas de una playa turca dieron la vuelta al mundo.
El tribunal los consideró culpables de tráfico de migrantes.
Pero no los condenó por negligencia deliberada que conllevó a la muerte de una docena de personas, cargo por el que podrían haber sido castigados a 35 años de cárcel.
El caso no impidió que miles de personas sigan arriesgando su vida para llegar a Europa atravesando el mar Egeo.