¿Qué problemas enfrentan los peruanos que no hablan en castellano?

Más de 4 millones de personas en nuestro país hablan 47 lenguas originarias, pero la gran mayoría de servicios públicos se ofrecen solo en castellano.

Por Karen Espejo

El pasado 30 de enero, cuando Luiz Shakay (25) y su madre Cladiz Cuimiango -de la comunidad indígena awajún de Loreto- llegaron por primera vez a Lima se sintieron extranjeros en su país.

Días atrás, Luiz había sufrido un ataque de epilepsia en su casa, en el distrito de Barranca (provincia del Datem del Marañón) y se desmayó sobre leña encendida.

Para llegar al centro de salud más cercano, él y su madre tuvieron que navegar seis horas por el río Marañón. Pero las quemaduras de tercer grado que Luiz sufrió en la espalda hicieron que los doctores lo derivaran al hospital Daniel Alcides Carrión del Callao.

Y allí estaban ellos, tratando de explicar en awajún —su lengua nativa, la única que conocen- las circunstancias que los trajeron a esta ciudad lejana, sus dolores y el miedo que sentían al no poderse comunicar. Luiz fue atendido adecuadamente, pero durante días, las señas y mímicas fueron el único enlace entre él y los doctores.

El 19 de febrero, el hospital dio aviso al Ministerio de Cultura y el caso pudo ser atendido a través de intérpretes y especialistas de la Dirección de Lenguas del Viceministerio de Interculturalidad. Gracias a ellos, la señora Cladiz pudo entender que debía aprobar un trasplante de piel para su hijo y que el hospital los ayudaría con un alojamiento temporal. Una solución que tardó, pero que en este caso, felizmente llegó.

Desde el 2014, el Viceministerio de Interculturalidad ha atendido hasta 50 casos como este, en el que los derechos de los peruanos indígenas monolingües corrieron el riesgo de verse vulnerados por barreras en la comunicación, calcula Danny Nugkuag, asesor de este sector.

En un país en el que la mayoría de servicios públicos —como salud, educación y justicia- se brindan en castellano, las personas que hablan únicamente sus lenguas originarias —pieza fundamental de su identidad cultural- quedan relegadas.

‘El Perú ha tenido un gran descuido en este tema. A pesar de tener una gran diversidad lingüística (más de 4 millones de personas hablan 47 lenguas indígenas), no existe una política pública que garantice el respeto de los peruanos que no hablan castellano’, lamenta Alicia Abanto, adjunta para el Medio Ambiente, Servicios Públicos y Pueblos Indígenas de la Defensoría del Pueblo.

En los últimos años, sin embargo, existe una mayor sensibilidad sobre el tema y ha habido grandes esfuerzos del Estado, destaca.

El Ministerio de Educación, por ejemplo, ya cuenta con un Plan Nacional de Educación Intercultural Bilingüe. Y el Ministerio de Cultura ha capacitado hasta el momento a 200 miembros de los propios pueblos indígenas como traductores e intérpretes que han sido puestos a disposición del Poder Judicial. Pero falta mucho más.

Nugkuag asegura que el derecho lingüístico (derecho de una persona a comunicarse en su lengua originaria en público, sin ser discriminada, y con acceso a los medios de traducción adecuados) está reconocido por la Constitución peruana. Sin embargo, dista mucho de ser respetado.

En ese sentido, tanto Nugkuag como Abanto, coinciden en la necesidad de aprobar el reglamento de la Ley de Lenguas Originarias (promulgada en el 2011 y actualmente en proceso de consulta), una norma que establece obligaciones para adecuar los servicios públicos de nuestro país a favor de las comunidades que conservan aún sus lenguas nativas.

_Cultura en extinción _

En el Perú se han extinguido ya 37 lenguas nativas.

• Vulnerables. De las 47 lenguas originarias que se hablan en el país, 4 están en peligro de extinción (como el bora y el marui-muinani) y 17 están en grave peligro (como la amahuaca y el iquitu).

• Riesgos. Según Alicia Abanto, defensora adjunta, esto se debe a diversos factores sociales, como la exclusión de los servicios públicos por barreras en la comunicación. Esto provoca que muchas comunidades dejen de transmitir sus lenguas de generación en generación.

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