Lo llaman el ‘cementerio de los desconocidos’. Cerca de la capital Libia, aquí es donde entierra a los migrantes que murieron tratando de atravesar el Mediterráneo hacia Europa.
Tumbas sin marcar, a excepción de la fecha en la que fueron recuperados los cuerpos.
Imad ha venido en busca de su hermano Qabil.
‘Mi hermano murió el tercer día de la fiesta del sacrificio. No estaba solo. Creo que solo una persona sobrevivió. Había otras 127 personas más, incluyendo tres tunecinos y un argelino’, dice Imed Ben Salem, hermano de tunecino que murió en el Mediterráneo.
Qabil tenía 25 años.
Imad ha dejado atrás su trabajo en Túnez y ahora lucha contra la burocracia libia para poder repatriar el cadáver de su hermano.
Encontró su tumba gracias a la Media Luna Roja, que ha estado rescatando supervivientes y recuperando cuerpos.
‘Jamás olvidaremos este periodo que atravesamos. Especialmente las historias que sucedieron, los cadáveres de los niños, las mujeres, los jóvenes. Nos preocupa que algún día recuperemos a alguien y darnos cuenta de que le conocemos o que es un viejo colega a quien encontramos muerto en la playa’, dice Abdelhamid el-Zwei, del Media Luna Roja.
Según la Media Luna Roja, aquí son enterrados cientos de migrantes que huyeron de sus países para dejar atrás la pobreza y la guerra.
Serán repatriados a sus países si las autoridades logran identificarlos y contactar con su familia. Cerca, 300 tumbas ya están listas.
‘Hace un mes, un bote con 120 personas naufragó y tuvimos que enterrarlas en tan solo dos días’, dice el enterrador Abderrazaq Abdelkarim.
Los 1.770 kilómetros de costa libia son foco de migración ilegal.
Escenas de supervivientes como éstas son ya comunes. Y en un país donde reina el caos, los traficantes campan a sus anchas.