El jueves pasado dos hombres hicieron detonar sus cinturones explosivos en medio de la multitud que acudía a un centro comercial en la capital de El Líbano; Beirut. El ataque dejó 43 muertos y 239 heridos. Sin embargo, la masacre a penas fue difundida por medios occidentales y solo ha tomado más relevancia luego de que algunos compararan su poca cobertura con la de los atentados en París, los cuales han paralizado al mundo.
Este no es un concurso de popularidad ni mucho menos. No se trata de ver cuál de los ataques del Estado Islámico es más atroz, ni de hacer hígado. Sin embargo, la diferencia en sus tratamientos puede ser comprendida si analizamos un concepto de la psicología.
¿POR QUÉ NOS SENSIBILIZAMOS MÁS CON PARÍS? Todo es cuestión de empatía, la habilidad de entender y compartir los sentimientos de los otros, según indica el psicólogo Gerald Goodman al Huffington Post.
El horror y el miedo son emociones universales que todos hemos experimentado, por lo que podemos de alguna manera ‘ponernos en los zapatos’ de los otros y comprender su tragedia y sentirnos sensibilizados por ella. La empatía, en estos casos, deriva en compasión. Luego, e*l proceso provoca que queramos hacer algo*, como mostrar nuestro apoyo.
“La gente puede ridiculizarte por hacer algo tan vanal (como cambiar tu foto de perfil), pero deriva de la emoción de querer estar conectados, de sentirse desperados y querer hacer algo contra eso”, afirma Goodman.
Hasta ahí todo claro, pero entonces, por qué no nos comportamos de la misma manera con todo tipo de tragedias si, desgraciadamente, los ataques terroristas y las matanzas sin sentido son pan de cada día. Pues, según los especialistas, aquello tendría que ver con lo que consideramos familiar y vemos como ‘más cercano a nosotros’.
“Los humanos son particularmente* sensibles a sentir empatía cuando perciben que aquellos que sufren son similares a ellos*”, dijo a Huffington Post el psiquiatra Keith Humphreys. Al sentir a Beirut (un país que la mayoría ni siquiera podría localizar en un mapa) como ‘más lejano’ y desconocido suele ser más difícil empatizar con ellos.
Los medios además pueden contribuir en la manera en la que priorizamos las informaciones. Además, las redes sociales suelen crear la sensación de que estamos mucho más cerca y de que estamos conectados. No olvidemos también que París es una de las ciudades más visitadas, populares, filmadas y conocidas del planeta y sus símbolos son reconocidos por todos. Empatizar con lo conocido es mucho más probable.