Rusia comenzó hoy una intervención aérea en Siria en defensa del Gobierno de su aliado Bashar al-Assad con el bombardeo de objetivos del grupo terrorista Estado Islámico, poco después de que el presidente Vladímir Putin obtuviera la preceptiva autorización parlamentaria.
“De acuerdo con la decisión del comandante supremo de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, Vladímir Putin, aviones de la Fuerza Aérea rusa comenzaron operaciones con bombardeos precisos contra objetivos terrestres identificados del grupo terrorista Estado Islámico en Siria”, informó el Ministerio de Defensa de Rusia.
Los objetivos de estos primeros bombardeos fueron “armamento pesado, nudos de comunicación, medios de transporte y arsenales de armas, municiones y materiales explosivos pertenecientes a los terroristas del EI”, según un comunicado del ministerio.
Adelantándose a las posibles críticas occidentales, el líder ruso defendió la legitimidad de la intervención rusa con el argumento de que fue solicitada por Damasco, y señaló que la operación se prolongará mientras dure la “ofensiva” del Ejército sirio contra sus enemigos.
“Nosotros no nos metemos en este conflicto de cabeza. Para empezar, apoyaremos al Ejército sirio exclusivamente en su legítima lucha contra los grupos terroristas”, dijo Putin durante una reunión del Gobierno.
Tal como había adelantado su jefe de gabinete, Serguéi Ivanov, el presidente subrayó que “ese apoyo se efectuará desde el aire, sin participación en operaciones terrestres”.