VERNÓNICA KLINGENBERGER
Un monstruo de tres cabezas se asoma y todos empezamos a susurrar su nombre, algunos con miedo, otros con prudencia. El Niño, la desaceleración económica mundial y la incertidumbre preelectoral pintan un panorama complicado para el Perú. El primero podría costarnos 3.700 millones de dólares y se proyecta como el peor desde 1950. Mientras bancos y aseguradoras ponen en alerta a sus trabajadores (menos préstamos para las zonas más vulnerables), la Presidencia del Consejo de Ministros ha extendido por 60 días el estado de emergencia en 1.264 distritos del país.
El Niño del 98 mató a 374 peruanos y afectó la vida de más de 591 mil. Los pronósticos aseguran que el de este año será aún más brutal. A pesar de los simulacros y declaraciones de ministros y funcionarios involucrados, a nadie le queda muy claro si el Estado está tomando todas las medidas necesarias para un golpe así de duro. El ministro de Economía sigue diciendo cosas como en caso este (El Niño) realmente se materialice’. Y ahí sigue Pisco, aún sumido en las ruinas y el abandono, mientras Alan García da clases de planeamiento y gestión ante desastres naturales vía Twitter.
La calma antes de la tormenta se ve perturbada por atrocidades tipo linchamientos populares ante la falta de seguridad ciudadana en todo el país. No es novedad, Humala parece haber colgado los guantes hace meses, mientras que Nadine sigue sumando titulares y adjetivos. Pero lo cierto es que cuando todos lo señalen como el culpable de la crisis económica local, será buena idea recordar que el efecto devastador del monstruo de tres cabezas no solo se debe a la ineptitud del gobierno de turno.
Ese será el escenario preelectoral. Y la coyuntura será perfecta una vez más para que los candidatos saquen pecho y se vendan a un electorado cada vez más ignorante y desesperado de atención. Keiko seguirá sonriendo con carita de ‘yo no fui’ y hará todo lo que sea posible para convencer al Perú de que es la mejor opción para restaurar la seguridad y el orden. García jugará con la misma mano de siempre: se venderá como el único político que sabe gobernar. Lo importante es transar y saber ‘mandar’, no importa lo que patees en el camino. El tercer candidato con posibilidades es un técnico gringón con trayectoria empresarial y experiencia política. El caso de Verónika Mendoza, de poco nervio político, entusiasmaría a largo plazo, siempre y cuando se despercuda del castrismo y el chavismo.
Mientras la desaceleración económica sigue firme y con el Fenómeno de El Niño asomándose -dicen que golpeará feo entre octubre y enero-, la gran responsabilidad recae sobre la política pública. ¿Qué se está haciendo concretamente? La prevención es considerablemente más barata que la reconstrucción. Y solo para imaginar lo que podría venirse hay que volver la vista atrás: el monto total de los daños ocasionados por El Niño de 1997-1998 en toda la región andina se estimó en 7.543 millones de dólares, de los cuales 3.498 millones correspondieron al Perú.
Con un país así de golpeado, las elecciones del próximo año van a prestarse más que nunca al populismo, las mentiras y la desesperación. ¿Será el baile del teteo la calientita del verano? ¿Se perfilará aún más la yuca disfrazada de falso ‘orden japonés’?
La peor consecuencia de El Niño podría durar cinco años. A ver si el gobierno de turno se hace una con un buen trabajo de prevención y nos libra del mal mayor.