La mayoría de las aves marinas han comido plástico en el océano, y científicos prevén que alrededor de un 99% lo haga para 2050, según un informe divulgado este lunes.
Las aguas de todo el mundo están plagadas de plástico y los pájaros, incluyendo albatros, pingüinos y gaviotas, pueden confundir los colores brillantes de botellas u otros fragmentos con comida.
Los pájaros pueden enfermar y morir si ingieren demasiado plástico.
Los investigadores estudiaron 135 especies de aves entre 1962 y 2012, e hicieron predicciones basadas en los niveles actuales de plástico en los océanos.
“Por primera vez, tenemos una predicción global de cómo impacta el gran alcance de plástico sobre las especies marinas; y los resultados son sorprendentes”, afirmó Chris Wilcox, investigador jefe de la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization (CSIRO).
“Pronosticamos, utilizando una observación histórica, que el 90% de las aves marinas han comido plástico. Esto es una cantidad enorme y pone de relieve la omnipresencia de la contaminación de los plásticos”.
Según una investigación llevada a cabo en 1960, menos de un 5% de las aves marinas habían ingerido plástico entonces.
Pero el número ascendió en las últimas décadas, llegando a un 80% en 2010.
“Pronosticamos que la ingesta de plásticos está aumentando entre las aves marinas. Para 2050 llegará al 99% en todas las especies, pero si hay un manejo efectivo de los desperdicios se puede reducir esta amenaza”, decía el estudio de Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), una publicación científica estadounidense.
Según el artículo, desde que comenzó la producción comercial de plástico en los años 50, la producción se dobló cada 11 años.
Pero el impacto completo de los plásticos en los pájaros todavía no se conoce.
Mientras las poblaciones de aves costeras han recibido mucha atención por parte de los investigadores, el estudio alertaba que algunas áreas que no se contemplaban particularmente como peligrosas podrían serlo.
“La zona en la que se espera mayor impacto tiene lugar en los límites del Océano Antártico y el mar de Tasmania, entre Australia y Nueva Zelanda” debido a la alta concentración de plástico y la gran diversidad de aves, alertó.