Un grupo armado abrió fuego este lunes contra un convoy de la policía estatal en el estado de Jalisco, en el oeste de México, matando a 15 agentes de policía e hiriendo a cinco personas.
Según las autoridades, la emboscada ocurrió en una carretera cercana al municipio de San Sebastián del Oeste, cercano a la costa del Pacífico.
El comisionado de seguridad del gobierno de Jalisco, Francisco Alejandro Solorio, afirma que el incidente fue una reacción del crimen organizado a una investigación abierta sobre otro ataque contra él.
“El pasado 30 de marzo, en mi calidad de Comisionado de Seguridad Pública del Estado de Jalisco, una célula criminal atento contra mi vida en el poblado de Rio Blanco, en la zona norte del municipio de Zapopan”, señala Francisco Alejandro Solorio Arechiga, Comisionado de seguridad del Estado de Jalisco.
“Este evento ocurrió como primera reacción de la delincuencia organizada al enfrentamiento en el cual fuerzas estatales de seguridad abatieron al delincuente Heriberto Acevedo Cardenas, alias “El Gringo” y dos de sus acompañantes”, agregó.
Aunque el funcionario no especificó qué grupo en concreto estuvo detrás del crimen, fuentes oficiales dijeron a France Presse que se sospecha que se trataría del cártel de Jalisco Nueva Generación.
En marzo, otra emboscada similar en Jalisco dejaba 11 muertos, cinco de ellos miembros del cuerpo de Gendarmería.
A pesar de que el gobierno de Peña Nieto insiste en que el crimen se redujo durante su mandato, en el país siguen teniendo lugar ataques impactantes.
Otro ejemplo es la desaparición de 43 estudiantes de magisterio en el estado de Guerrero, que según la fiscalía, fueron asesinados e incinerados por narcotraficantes compinchados con la policía.