La filial suiza del banco británico HSBC, acusada de ayudar a miles de clientes de todo el mundo a evadir impuestos, aseguró este lunes que ha “cambiado”, tras los “fallos constatados en 2007”, según un comunicado.
HSBC Suiza “ha emprendido una transformación radical en 2008 para impedir que sus servicios sean utilizados con el fin de defraudar al fisco o blanquear dinero sucio”, indica en el comunicado el director general de la filial, Franco Morra.
Según el banco, la “nueva dirección ha procedido a un examen en profundidad de los negocios, lo que incluye el cierre de cuentas de clientes que no respondían a los elevados estándares del banco, y la aplicación de un sistema de control interno muy exigente”.
HSCB Suiza “no está interesado en tener relaciones comerciales con clientes o clientes potenciales que no responden a nuestras exigencias en materia de criminalidad financiera”, añade la entidad.
“Esas revelaciones sobre prácticas pasadas deben recordar que el viejo modelo comercial de la banca privada suiza ya no es aceptable”, concluye el director general.
Según informaciones publicadas este lunes por diversos medios, y basadas en la explotación de ficheros bancarios sustraídos a HSCB Suiza por el ex empleado Hervé Falciani, unos 180.000 millones de dólares habrían transitado por cuentas de HSCB en Ginebra, para defraudar al fisco, blanquear dinero sucio o financiar el terrorismo internacional.
Los documentos conciernen operaciones efectuadas entre 2005 y 2007. El escándalo, bautizado “SwissLeaks”, aparece presentado en los medios como un viaje al interior de los mecanismos de evasión fiscal facilitados por la filial suiza de HSBC.