Por Andrés Velarde
Una guerra sin cuartel se libra en la Panamericana Sur. Tiene como objetivo captar la atención de las miles de personas que transitan por esta vía. Para lograr eso, la publicidad estática está apostando por encontrar armas cada vez más efectivas para que sus mensajes calen en los usuarios que viajan a las playas del sur.
Marcas de helados, bebidas, cervezas y otros productos luchan por despertar emociones en los observadores de estos anuncios para convertirlos en potenciales clientes. Ahora, se orientan no solo a tratar de vender sus productos, sino que se esmeran en generar sentimientos.
Un análisis realizado por CodigoPublicidad señala que hay dos rubros muy fuertes para este 2015: son el de las bebidas -tanto alcohólicas como no alcohólicas- y el automotriz. Mientras el primero aplica elementos creativos y de alto impacto, en el segundo caso no siempre se tiene una presentación muy ingeniosa, pero las gráficas demuestran una serie de beneficios del producto, como potencia, seguridad, lujo e innovación.
En el recorrido vemos marcas de ropa y de alimentos que también podemos consumir cerca a las playas, sobre todo dirigidos a recordarnos que se encuentran en el Boulevard de Asia.
Liliana Alvarado, doctora en marketing y directora de la Escuela de Posgrado de la Universidad Tecnológica del Perú, nos comenta que la publicidad que vemos es básicamente emocional, apela a los sentidos y emociones, y no tanto a la racionalidad, como sucedía antes. ‘Más que venderte los atributos del producto, se busca generar sensaciones y emociones que te conecten con la marca’.
Según el estudio Tendencias del Consumer Engagement para el 2015, desarrollado por el Centro de Análisis, Ideas y Tendencias de Llorente y Cuenca, el 74% de los consumidores afirma que no pueden evitar la frustración ante el contenido irrelevante de la publicidad.
Alvarado, además, comenta que una tendencia visible en los paneles dispuestos a lo largo de la Panamericana Sur, es que -salvo una notoria excepción- se ha dejado de apelar al sexo para vender.
‘La mujer ya no es solo un símbolo sexual. Ha ido ganando mucho espacio. Ya hemos pasado esa etapa de publicidad vulgar. Eso es una evolución a nivel de branding’, sostiene.
En el lado positivo, llama la atención la aparición de anuncios que no solo sirven como paneles de publicidad, sino que llaman la atención, por ejemplo, sobre la problemática ambiental y plantean soluciones. Un gran árbol hecho de cerca de 10 mil botellas recicladas, que usa la energía solar para iluminarse de noche -obra de San Luis- o un panel que capta agua del ambiente y la utiliza para regar hortalizas -obra de UTEC- son una clara muestra de ello.
‘Hay un nuevo consumidor: los ‘millenials’. Se trata de jóvenes de 20 a 30 años que son mucho más concientes e informados y que tienen una gran conciencia ecológica’, explica Alvarado.