Por Andrés Velarde
El pasado domingo 4 de enero, una densa humareda volvió a irrumpir en el horizonte, camino al sur.
Esta vez, el origen del incendio se halló en la reserva natural de Puerto Viejo, un importante refugio de aves migratorias, poblado de juncos, totoras y hierbas silvestres. La columna de humo podía divisarse a varios kilómetros a la redonda.
Lamentablemente, este no es un hecho aislado y poco frecuente. Similares emergencias se han reportado sistemáticamente en Chilca, San Pedro y los Pantanos de Villa. No queda claro cómo se iniciaron, pero siempre les costó mucho a los bomberos acabar con la emergencia.
‘Los incendios en estos hábitats son provocados, porque no existen las condiciones climáticas que motiven que estos fenómenos sucedan espontáneamente’, refiere Omar Ubillús, representante del Servicio Nacional de Áreas Protegidas por el Estado (Sernanp).
Indica que estos humedales forman una cadena a lo largo de la costa y son hogar de más de 200 especies de aves, además de ser oasis para otras especies migratorias. Ubillús comenta que, a pesar de que en algunos sitios el ser humano ha tomado el agua de los humedales para fines urbanos, industriales o agrícolas, la situación al sur de Lima no ha llegado al extremo de secar la napa freática que da vida a estos refugios silvestres. Agrega que el problema principal radica en que demasiadas personas ingresan al área protegida de los pantanos sin control alguno. ‘Algunas entran a pescar, y como se quedan toda la noche, arman sus fogatas y las dejan encendidas’.
Similar opinión tiene Iván Paredes Nicolich, director de Prevención de Incendios del Cuerpo de Bomberos del Perú. ‘Las poblaciones alrededor tienen mucho que ver. Muchas veces acumulan basura en las orillas de estos humedales, aumentando el riesgo’. Eso, sumado a las grandes extensiones de maleza seca, generan una combinación más que peligrosa.
Sostiene, además, que muchas veces las humaredas son pequeñas y no se reportan. Sin embargo, en el transcurso de una tarde, cuando levanta el viento, pueden avivarse las llamas y convertirse en grandes incendios.
Prevención
Evitemos atentar contra los refugios naturales tomando en cuenta estos sencillos consejos de seguridad:
•Fogatas. Si estás en un área protegida, evita encenderlas. Si lo hiciste, asegúrate de apagarla completamente antes de abandonar el lugar. •Humo. Si adviertes una humareda, por pequeña que sea, avisa a los bomberos. •611. Este es el número de la central telefónica de los bomberos. •Precauciones. Si ingresas a un área protegida, recuerda que está rodeada de material inflamable. No fumes. Recoge todos tus desperdicios y no dejes basura.