Las actividades culturales constituyen una forma divertida de aprendizaje, socialización y en algunos casos alternativas de distracción frente a actividades poco sanas.
En este sentido, más de 3 millones 660 mil personas asistieron a las 1.200 actividades culturales organizadas en los últimos cuatro años por la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML).
En la mayoría de los casos, los asistentes que disfrutaron de esos los espectáculos artísticos y otras actividade culturales fueron jóvenes de 15 a 25 años, según cifras del propio municipio difundidas hoy en la presentación de la memoria Lima Cultura: una nueva visión 2011-2014.
‘Logramos una movilización cultural por la convicción de que Lima tiene que se ser una ciudad más humana. La cultura nos hace seres humanos más ricos y complejos. Y compartir la diversidad, reconocernos nos hace ciudadanos’, señaló la alcaldesa, Susana Villarán, durante la presentación.
El equipo explicó que en estos últimos cuatro años descentralizaron las actividades culturales y las llevaron a zonas tradicionalmente excluidas con programas como Cultura Viva Comunitaria.
Como sus programas emblemáticos, presentaron el Festival de Artes Escénicas de Lima (Fael), iniciado en el 2012 con actuaciones de teatro y danza en plazas, teatros y espacios no convencionales como el Convento de Santo Domingo.
Por el lado musical, el Lima Vive Rock, por ejemplo, sirvió para acercar este género a la ciudadanía con bandas consagradas y dar a conocer a otras emergentes.
El autor del blog ‘El por ké de mis peinados’, el periodista Fidel Gutiérrez, valoró el esfuerzo de la gestión por llevar la cultura a todos pero echó en falta mayor difusión.
‘Ha habido una democratización de la cultura en base a experiencias foráneas exitosas pero hubiera añadido una política de comunicación más efectiva. Informar más y de manera ordenada’, sostuvo.
Análisis de Efraín Agüero, integrante fundador de la asociación Cinco Minutos Cinco
Hubo un avance importante y creo que el trabajo de la municipalidad es un buen inicio cuando no se había hecho un trabajo directo con los gestores culturales y grupos artísticos periféricos de Lima.
Antes, si es que se hacía un trabajo en cultura, era desde lo institucional. Había bienales, exposiciones y museos pero no se trabajaba tanto la cultura viva desde las propuestas de las propias comunidades.
En ese sentido, la municipalidad hizo una agenda de trabajo interesante, aunque con debilidades que, diría yo, son propias de cualquier iniciativa pionera. En los procesos de inicio, a veces las estrategias no son muy claras sobre conceptualización y organización.